viernes, 6 de mayo de 2011

EL AMIGO DE LOS BUENOS

Una de las características de los cobardes y de los pusilánimes, tal vez la que los defina, es la capacidad para plegarse a las decisiones de los poderosos, amparándose bajo su sombra, llueva, truene o presente el cielo un añil insultante, en cualquier momento y con cualquier excusa. Lo que expongo es especialmente constatable con los advenedizos, esos que han llegado hace poco y deben hacer méritos ante el jefe o el nuevo grupo al que pertenece, por dos motivos: para superar sus complejos y para demostrar a los demás que la decisión de aceptarle en su redil no ha sido errónea. 
Todos podemos encontrar ejemplos, más o menos cercanos, de tipos que encarnan a la perfección el papel que he descrito en el párrafo anterior, bastará con dejar volar un momento el recuerdo, o ceñirse al presente, y no tendrá gran dificultad en poner unos rasgos determinados, un nombre concreto e incluso una historia personal que asocie alguien a este comportamiento descrito con anterioridad.
Uno considera que este tipo de conductas se producen con cierta frecuencia en la sociedad actual, en las anteriores también, nosotros a ese respecto no hemos inventado nada. No sólo se producen con cierta frecuencia, las encontramos por doquier, especialmente en este momento de crisis económica y desasosiego moral (sé que estas dos últimas palabras son una majadería en este contexto, pero deseaba probarme y probar, como ciertas expresiones se pueden usar en cualquier lugar y momento sin desentonar y sin aportar nada). Tal vez estos comportamientos se justifiquen en determinadas personas que están condicionadas por las circunstancias. Tal vez. Pero lo que no parece tan justificable, al menos desde mi punto de vista, son esos giros morales de 180º que se producen en ciertos personajes públicos y mucho menos se pueden justificar cuando dichos cambios se producen en personas que han llegado a ocupar un puesto representativo, defendiendo supuestos morales contrarios a los que ahora son su bandera. Especialmente grave es el asunto, cuando las señas de identidad de esa persona, las que decía que guiaban sus actuaciones, se han visto ninguneadas y encerradas en lo más hondo del baúl de la decencia.

El prestidigitador (y el ratero). El Bosco (1502)
Aunque podemos, sin gran dificultad, poner nombres y apellidos a diversas personas que han hecho de esta manera de actuar su oficio, toda esta entrada es propiedad de un tipo, cada día más abyecto, al menos desde mi punto de vista, que se vendió como la reencarnación de la honestidad y que, tras unos siete años en el poder, ha demostrado que la traición a los principios define mejor su forma de ser y actuar. Obviamente, hablo de José Luis Rodríguez Zapatero, el amigo de los banqueros, grandes empresarios, que igual justifica un asesinato a sangre fría, que una reforma laboral, que denostaba hace un años, y que sabía que no serviría para crear empleo. Sí, me refiero al tipo que bajó los impuestos a los ricos, suprimiendo algunos que les afectaba especialmente, no mostrando rubor alguno cuando decidió congelar la mayoría de las pensiones. No hay duda, el tipo que nos ocupa es el mismo que, para sorpresa de muchos en el extranjero, permite que los bancos se queden con el piso y, de modo incomprensible, se siga debiendo dinero por la hipoteca impagada. Sí, no hay duda posible, me refiero al hombre que subió el IVA sin tocar los impuestos directos de los más ricos, ni tiene intención de hacerlo. Sí, el personaje en cuestión es el que prometió... e hizo todo lo contrario.
Este personaje ha cometido la penúltima felonía, que demuestra su verdadero talante (por cierto, el famoso talante del que presume no es nada. Talante significa forma de estar o de actuar, no implicando que esta forma de actuar sea buena o mala. Hasta en eso su mensaje es vacío), cuando ha respondido a Gaspar Llamazares, que le preguntaba sobre la muerte de Bin Laden. El leonés no ha tenido mejor ocurrencia que justificar el asesinato del terrorista por parte de las tropas de su colega Obama, que largando algo parecido a: aunque hubiera preferido que se le juzgara, él se ha buscado lo que le ha pasado. ¡Con dos talantes, campeón! Cuando le escuché la aberración que despachó para salir al paso de su actitud cobarde y sumisa ante el más fuerte, lo primero que pensé es en la desvergüenza del personajes en cuestión, que se ha hartado de presumir sobre sus principios democráticos y bla, bla, bla.., pero, al poco, me vino una idea que me hizo estremecer: su pensamiento es semejante al de ciertos fanáticos seguidores de Interlobotomía. Sí, esos que intentan pegar a la gente del partido del cejas, o que justifican dichos actos alegando que se lo merecía o se lo había buscado, obviamente se lo merecía porque estos fanáticos lo habían decidido, o porque alguien les había hecho creer que debían creer que se lo merecían. Sí, el fulano del que hablamos hoy,  ha llegado a un estado de embrutecimiento moral, de pretendida superioridad intelectual, que es capaz de justificar cualquier cosa, con tal de sentirse un gran estadista y ser amigo, y perro fiel también, de los poderosos con los que lleva varios años codeándose. Ya te digo yo, ser amigo de un Premio Nobel de la Paz cuyo país sigue en dos guerra, ser amigo de un tipo al que Gadafi le reclama la pasta de su campaña electoral, del golfo del implante capilar o de la germana, que apoyaba sin disimulo como uno de sus bancos, con la complicidad de otro periódico alemán, especulaban contra la deuda española, que debemos pagar entre todos. De verdad que sí, estos tipos merecen la pena, no la chusma de los ciudadanos que le auparon con sus votos al poder y a los que representa.
Resulta increíble que aquel tipo que permaneció sentado ante la bandera de EE.UU. por no compartir su política exterior, sea el mismo, al menos físicamente, aunque tal vez algo más viejo, que el que ahora justifica asesinatos, en nombre de vete tú a saber qué. Aunque uno tiene la teoría de que, en el fondo no muy hondo, tampoco haría falta escarbar mucho, ZP siempre ha sido igual, un tipo con una gran ambición y sin idea coherente alguna, lo que le salvó en un principio es que todo el viento soplaba a favor, pero cuanto roló la corriente ha mostrado su verdadero rostro, él del tipo capaz de traicionar todo aquello en lo que decía creer para compartir el calor de los poderosos, mientras los ciudadanos sufrimos el frío del desastre económico como mejor podemos.
No quiero concluir la entrada de hoy sin recordar otra de las últimas del Gobierno del leonés. Recuerda el lector que una de las cuestiones primordiales para este salvapatrias siempre ha sido la educación (tomando medidas tan "ejemplares" como adquirir masivamente el DVD sobre el cambio climático, publicitado por Al Gore, de tal forma que en todos los colegios hay uno. Ponle ese documental a los de Educación Infantil, ya verás que risa. También te entra la risa si se lo pones a los mayores, pues muchos conceptos se les escapa. En otras palabras se gastó el dinero de todos para dar gusto a su colega, pasando olímpicamente de las campañas de sensibilización y del trabajo diario que se hace en muchos centros sobre ese aspecto, adaptándolo a las características de los alumnos. Tal vez no pasaba de dicho trabajo realizado por los docentes, lo más probable es que no lo conociera y él, por inspiración divina, intentó salvar a una generación de la ignorancia ecológica a través de un DVD), bien pues el Gobierno va a ir a los juzgados por una tremenda cuestión: ciertas autonomías, tanto del PSOE como del PP, han ofertado más plazas de maestros de las que las tasas de reposición, esas que crearon hace un año para disminuir el número de funcionarios, permiten. En otras palabras, que dichas plazas se cubran con interinos, hoy aquí, mañana allí, en vez de ofertar las plazas y dar una cierta continuidad a la labor de los docentes. Si mal no recuerdo la tasa de reposición en educación es: por cada diez jubilados se ofertan tres plazas. O lo que es lo mismo, quedan siete plazas sin cubrir por cada diez jubilados. ¿Continuidad de la labor docente en un mismo centro? Ni está ni se la espera. Coherencia del leonés cuando han venido mal dadas, ni estuvo, ni estará. La educación le importa lo mismo que a mi el budismo tibetano, entre nada y una mierda.
En el fondo todos estos comportamientos del hombre del talante, lo que demuestran es que en períodos de necesidad, cuando los ciudadanos que le eligieron necesitan aliviar sus problemas y que el Estado supla las carencias que ha creado el sistema económico, a través de una crisis financiera y una burbuja inmobiliaria, lo único que encuentran en el de la ceja es un gestor que se ceba con los más débiles y protege, como nunca a los poderosos, y no sólo en lo económico. Su postura ante el asesinato de Bin Laden demuestra que su moral siempre se encuentra al lado de los poderosos.
¿Pusilánime? Tal vez hace dos años este calificativo no hubiera desentonado, el desconcierto era grande y las soluciones, si las había, inciertas. A fecha de hoy el comportamiento del tipo en cuestión se podría definir como cobardía, siempre al lado de los poderosos, a veces tengo la impresión de que se cobija bajo sus faldas, haciendo lo que éstos le dicen, aunque ésto suponga la desgracia de muchos ciudadanos, que ven como pierden siempre o la justificación de la muerte, ejecución, de un terrorista, sin juicio previo, ni nada que se le parezca.

Un saludo.

Recordad, el 15 de mayo se acerca y en todos estos sitios habrá manifas contra la situación que crean y amaparan mequetrefes como alguno que hemos citado hace bien poco.

http://democraciarealya.es/

2 comentarios:

sara.r.s dijo...

Es una auténtica vergüenza, una barbaridad y un verdadero atropello lo que ha pasado con el asesinato de Bin Laden. No olvidemos, han ejecutado a un civil (que parece que estaba desarmado...bueno)y sin un juicio previo. Para esta gentuza estas cosas son así...tú la haces, tú la pagas.
Sinceramente, creo que no se puede ir por el mundo haciendo el Rambo. La justicia está para algo...si no, se abre la puerta y se permitirá realizar toda clase de atropellos en nombre de la ley y la justicia (que parece que está para unos pocos).

Yo busco la DECENCIA y aspiro a ella

isabel lagar dijo...

A mí me estomagan esas ceremonias americanas en las que arropados por sus banderas, el líder, se pone a dar discursitos vanagloriándose por la grandeza de su país y por las proezas sucias de su ejército, eso sí, con una música pegajosa de fondo. Qué americanadas! Pues ni en una peli hollywoodiense habría tanta carga sentimentaloide. Supongo que es la manera que tiene el gran imperio de mostrar su absurda e hipócrita grandeza.
Y yo que soñé con que el Obama este me caería bien.