lunes, 18 de julio de 2011

FRANCO AL DESNUDO (II)

Ayer dejamos a Franco en Marruecos, poniéndose al frente de las tropas más profesionales del ejército español. Con ayuda de aviones italianos y alguno español consigue que sus tropas atraviesen el Estrecho y empiecen a causar estragos en la Península. 
Pero antes de seguir debemos hablar de dos personajes claves para que Franco llegue al poder. 
El primero Sanjurjo, cabeza visible del golpe de estado. Este militar exiliado, al que se le conmutó la pena de muerte por su intento de golpe de estado del 32, encarnaba a la perfección los últimos años del país. Como director de la Guardia Civil fue él que dio el último empujón a Alfonso XIII para abandonar el país y el primero a los líderes republicanos, pues cuando éstos aún no sabían que hacer tras la victoria electoral el colega se presentó en el lugar donde estaban éstos para poner a la Guardia Civil a sus órdenes, lo que alentó la rápida proclamación de la República. Como dato diremos que siguió dirigiendo a la Benemérita, siendo su gestión durante el primer período republicano nefasto, por lo que dieron un cargo, poco menos que honorario en Marruecos, había que pagar los servicios prestados, que no le satisfizo. 
Pero volvamos al 36. Sanjurjo, exiliado en Lisboa, donde conspiraba a diario, nada más estallar el golpe coge un avión para dirigirse a España. El piloto le advierte sobre el excesivo peso del equipaje, lo que desoye el militar, obligando al piloto a despegar, cosa que consigue, aunque unos metros más adelante, a causa de la excesiva carga, el avión se estrella, muriendo el líder golpista en este estúpido accidente.
El otro personaje es Mola. El 2º de a bordo en la conspiración. Mola, que desde el principio propuso actuar con dureza contra los republicanos (cuando digo dureza hablo de represión criminal), se encontraba en Navarra, donde entró en contacto con los carlistas, a los que despreciaba y de los que pasaba en gran medida. El militar, dentro de sus esquemas castrenses les consideraba poco más que unos paletos pusilánimes. Como curiosidad, podemos contar que Mola no tenía ninguna intención de volver a la bandera rojigualda, manteniendo la republicana. En los primeros días del golpe Mola controla su zona, pero no consigue avances significativos sobre otros objetivos, lo que le hace perder números como líder carismático.
Volvamos a Franco. Es bien sabido que sus tropas avanzan por Extremadura, dirección Madrid, sin mayor oposición. Aunque se pueden destacar muchos hechos, tal vez lo acontecido en Badajoz sea lo más significativo, (hace tiempo leí, no sé si es verdad, que en esta provincia fue donde más gente murió fusilada en todo el período que duró la guerra). 
Durante los primeros días se conforma la Junta de Defensa Nacional, gobierno del bando sublevado formado por militares, donde no figura Franco en un primer momento. Sin embargo, a medida que las tropas que dirige van avanzando, las únicas que lo hacen de manera continúa, "Paca la culona" se va haciendo "imprescindible" y entra en la Junta de Defensa Nacional por derecho. 
A finales de septiembre es nombrado jefe de esta Junta de Defensa, con carácter transitorio, con el apoyo de casi todos los generales, Cabanellas, el más veterano, advierte sobre la personalidad del dictador pero es desoído, pues cuenta con el apoyo entusiasta de muchos compañeros de armas, especialmente Kindelán, y además la labor de zapa de su primo, Francisco Franco Salgado-Araujo, da sus resultados.
Esta labor de su primo no para y cuando se publica el nombramiento de Franco, casualmente, se olvida escribir que este nombramiento es transitorio y además se atribuye ciertos poderes, que nadie le había concedido.
Es por estas fechas, mediados de septiembre en las que Franco realiza una de las maniobra militares más absurdas de toda la guerra, buscando el poder y mayor gloria. En vez de mandar a sus tropas directamente sobre Madrid por la carretera de Extremadura, decide que den un rodeo para liberar el Alcázar de Toledo, perdiendo un tiempo precioso y ganando, mediante una estudiada campaña publicitaria, fama y prestigio, al menos entre los civiles que poco entienden del tema. 
Respecto a sus tácticas militares, la táctica del carnero que denominó Cabanellas, consistía en hacerlo todo por cojones, utilizando para ello a las tropas marroquíes, cuyos integrantes morían a mansalva. Una vez más los fines justifican los medios. Aunque se creó un aura de general hábil y astuto, lo que le caracterizaba era la temeridad, cosa que demostró en sus primeros años en África. De hecho, a mediados de los años 30 realizó una visita a Alemania, donde pudo contemplar como los carros de combate se convertían en una fuerza independiente y poderosa, fundamento de la guerra relámpago que años más tarde arrasaría Europa. El ferrolano despreció dicha táctica, pues consideraba, como otros muchos, que la caballería servía para dar protección a la infantería. De hecho, durante la guerra el gran experto en el bando sublevado en este tipo de tácticas, posiblemente el único que lo entendió, fue Yagüe.
Volvamos al nombramiento de Franco. Rápidamente intenta aglutinar todo el poder en sus manos y una de las cosas que hace es fundar un partido, unificando dos existentes: Falange y el partido carlista, es decir disolviendo ambos en un magma amorfo sobre él que manda. Sin embargo. la idea no le hace mucha gracia a algunos. Entre los carlistas, Fal Conde, líder de dicho partido, ha de abandonar el país por dos veces, la segunda por oponerse a esta refundación de su partido, "refundación" que tampoco apoyaba el candidato al trono carlista, lo cual habla a las claras del interés que el dictador tenía en ambos partidos. Su única pretensión en esos momentos no es otra que acaparar todo el poder en sus manos. Entre los falangistas también hay discrepancias con dicha unificación, pero, en general, igual que los carlistas, siguen a Franco. Como curiosidad contar que José Antonio Primo de Rivera, resentido con los militares por haber abandonado a su padre, el dictador que gobernó España durante seis años de la década anterior, y Franco no se apreciaban especialmente. Tras concertar una entrevista ambos salieron decepcionados, sintiendo un cierto desafecto el uno por el otro. Por tanto, la utilización de José Antonio, el héroe muerto, al que Franco dejó morir, pues la República propuso un canje de prisioneros (una vez más el fin justifica los medios, para conservar el poder y evitar rivales incómodos la muerte no es mal remedio) y los sublevado se negaron, no es más que otra añagaza del gallego para perpetuarse en el poder.
La guerra avanza y Franco no muestra especial interés en acabarla. Por un lado desea consolidar aún más su poder, intentando no dejar posibilidad a algún compañero de armas o a algún movimiento monárquico, encabezado por algún militar amigo, de que expulse al pequeño dictador del mando. Por otro, cuanto más larga sea la guerra, más enemigos muertos y menos oposición desde fuera del régimen. Así de simple. Prueba de ello la encontramos en el 38, donde pudo partir en dos el frente del Mediterráneo, separando Cataluña de Valencia, pero en vez de ello decide atacar por el lugar más difícil para, con gran sacrificio de hombres, alcanzar objetivos mínimos, al menos comparado con lo que hubiera logrado de haber seguido la estrategia más lógica. Hasta tal punto el tirano deseó dilatar la guerra para consolidar su poder que Mussolini, su aliado, llegó a comentar: "este hombre no sabe o no quiere ganar la guerra".
Una vez más me he vuelto a enrollar, aunque ya hayamos llegado hasta el final de la guerra. Desde mi punto de vista queda el período más desconocido y chocante del franquismo, y no hablo de la represión, sino de la política internacional durante los aproximadamente veinte años siguientes. En este período, diga lo que diga la propaganda oficial, se puede ver a un dictador ladino, pero también sumiso, muy sumiso, ante las potencias preeminentes.
Seguiremos con ellos, pero creo que lo dejaré para el fin de semana, donde espero concluir el serial sobre el genocida. 
Un saludo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Solo como anécdota y ya que el nuevo Diccionario de la RHA lo distingue como un "genial militar", decir que en un escrito del mando de la Legión Cóndor al Alto Estado alemán, dicen de él:"sería bueno como comandante, pero como general es un desastre".
La ambición de su mujer fu quien le empujó donde llegó.
Un abrazo.

PACO dijo...

Siento disentir en lo de la ambición y su mujer, la Collares, pero él ya demostró, incluso antes de conocerla, ambición desmedida, especialmente en lo concerniente a su carrera militar.
Tal vez ella fuera tan ambiciosa como él, pero una de las características del dictador fue la ambición que siempre demostró.