lunes, 23 de julio de 2012

A PROPÓSITO DE LA NUEVA LEY DEL ABORTO

Vaya por delante que sobre el tema del aborto no mantengo una opinión que pudiéramos definir como de izquierdas. Tengo serias dudas sobre el asunto, aunque ninguna sobre aspectos como la despenalización del aborto en los casos en que haya serias dudas sobre la viabilidad del feto o sobre el supuesto que afecte a la seguridad de la madre.Sin embargo, no considero un avance social el aborto libre. Sé que esta postura sorprenderá a algún lector, especialmente si no me conoce, aunque en mi descarga, si es que hace falta descargar algo, puedo alegar que tal vez por la creencia que tengo de que la dignidad humana debería ayudar a todo el mundo a vivir en condiciones dignas el aborto en muchos casos no debería ser necesario. La sociedad, el sistema, debería facilitar que todos y cada uno de los niños nacidos tuviesen una calidad de vida como poco aceptable.


Esta aclaración, imprescindible, ha de servir para crear el andamiaje sobre el cual sustentar toda la entrada.
Al lector no se le escapará que las declaraciones del tipo que alardeaba hace unos treinta años de ser más de derechas que su padre, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, han servido de detonante para plasmar negro sobre blanco mis ideas al respecto y la consiguiente crítica a las palabras que respecto al tema  que nos ocupa hoy dijo el tipo que creo la macrodeuda que sufre la ciudad de Madrid.
A pesar de que parte del mensaje que intento transmitir sobre mi forma de pensar respecto al aborto a algún lector despistado le pueda sonar de manera similar a las realizadas por el enemigo íntimo de Esperanza Aguirre, la diferencia es abismal, tanto en el fondo como en la forma. Fundamentalmente porque en mi caso considero que la hipocresía no forma parte del mensaje. Me explico.
Alberto Ruiz-Gallardón, y todas las asociaciones que secundan las palabras del tipo en cuestión, consideran que el respeto a la vida consiste en dejar que la gente nazca y evitar que la gente se quite la vida cuando considera que sus condiciones de vidas hacen inviable seguir en este mundo. Aunque a estos fulanos, a los que tanto se les llena la boca con la palabra vida, se les olvida, seguramente de manera intencionada, el período de la vida que va desde el nacimiento hasta la muerte. Si las personas sufren hambre, maltratos físicos o psíquicos, no pueden pagar las medicinas, tener una casa, un trabajo a ellos eso se la trae al pairo, amparándose en que estos avatares forman parte del sistema en que vivimos, No sólo eso, para limpiar su negra conciencia dedican parte de sus esfuerzos a realizar caridad con las personas que sufren los infortunios referidos con anterioridad, pero de cambiar el mundo para que exista una mayor justicia social nada de nada. 
¡Naced, permaneced en el mundo todo el tiempo posible y en ese tiempo ya se verá si pertenecéis a los buenos, nosotros los creyentes, o sois merecedores de los castigos aberrantes que nuestro Dios os envía por vuestros pecados! Éste podía constituir un resumen de la filosofía de todos, o la gran mayoría, de los personajes que defienden esta forma de entender la vida, que tanto se ha de cuidar, al menos durante dos o tres momentos de ella.


Mi idea de la vida dista millones de años luz de la expuesta en los párrafos anteriores. La vida de un ser humano, nacido o no, debe regirse por la dignidad. Dignidad que implica el acceso a unos mínimos de calidad en su vida, esos de los  que el Desgobierno al que pertenece Gallardón nos está desposeyendo. Resulta ofensivo escuchar como los presuntos adalides de la vida, generalmente asociados a la parte más ultramontana de la Iglesia Católica, no alzan la voz contra las condiciones de vida a la que nos abocan estos teóricos de la Economía Patológica. Este aspecto parece importar bien poco. La dignidad del ser humano, aunque ellos no lo quieran reconocer, camina por otro lado. Derechos como la alimentación (¿recuerda el lector las declaraciones del Defensor del Pueblo de Andalucía donde proponía que no se cerrasen los comedores escolares en verano porque para un determinado número de alumnos suponía la única comida del día?), la educación de calidad, la sanidad, y el acceso a las medicinas, el trabajo, la vivienda... constituyen condiciones indispensables para los seres humanos. De igual manera que los padres pasen el mayor tiempo posible con sus hijos debería considerarse un derecho de los pequeños y de sus progenitores. Esta miserable concepción de la Economía, patológica se mire por donde ser mire, que aparca a los niños en guarderías, colegios, actividades extraescolares, etc, para que los padres puedan trabajar a cambio, en muchas ocasiones, de un salario indigno, no pudiendo participar durante, al menos, cinco días de la semana en el crecimiento del niño, del que los abuelos, en muchas ocasiones, tienen mucho más conocimiento, constituye otra forma de mutilar los derechos de unos y otros. En resumidas cuentas: la vida debe regirse por unos mínimos materiales y afectivos, cuestión que suele olvidarse con bastante frecuencia y que parece importar bien poco a los teóricos de la Economía Patológica neoliberal.


La vida no puede considerarse exclusivamente llevar a buen término un embarazo o no suicidarse, realmente me refiero a la eutanasia, porque en el transcurso del tiempo que va desde el nacimiento, se considere éste cuando se considere que se produce, hasta la muerte, por la causa que sea, es donde se vive. Me da igual lo que diga un libro u otro al respecto (aunque seguramente todos los libros religiosos hablen de la dignidad de la vida, de toda, de los seres humanos, pero la parte más recalcitrante de nuestra sociedad se aferre a ciertos aspectos que aparecen en esos libros sagrados, reales o no, para justificar su inacción ante las injusticias, para justificar el estatus quo, que tanto les beneficia a ellos), considero que esta mutilación de la realidad constituye un acto de fariseísmo, en muchos casos buscado para contentar a una minoría de seguidores. 
Me gustaría concluir con una reflexión. El ex alcalde de Madrid habla de llevar a término embarazos donde el feto tenga graves malformaciones (reconozco que en este caso y por lo que he visto en mi trabajo, no tengo ninguna duda sobre lo beneficioso del aborto. El sufrimiento de niños condenados a morir por su patología a corta edad, con una calidad de vida increíblemente mala, debido a los problemas asociados no es deseable a nadie). Señor Gallardón: ¿usted o el Desgobierno al que pertenece está en condiciones de aportar todos los recursos necesarios para que estos niños tengan la mejor calidad de vida posible? Seguramente, como vemos día a día, no. Entonces, si la respuesta se puede resumir con una adverbio de negación, ¿cómo cojones tiene la osadía de defender esa postura? Volvemos a lo anteriormente expuesto: estos sepulcros pintados de blanco no tienen interés alguno por el período de vida que transcurre mientras se vive.
Un saludo.

4 comentarios:

Piedra dijo...

Así es compañero, lo más triste es que se tenga que imponer el criterio que no diré la moral, de una secta religiosa tan perjudicial como la que ha podrido el escaso cerebro del "santo varón" que nos ocupa.
Están "condenando a la vida" a unas criaturas que seguramente jamás puedan sentirse felices de haber nacido, y a sus familias, ahora además sin posibilidad de recurrir a ninguna ayuda del estado y en ocasiones, ni siquiera poder acceder a los servicios públicos que hubiera en otros tiempos.
Este como otros tantos, son los que personalmente considero crímenes contra la humanidad, y algún día tendrán que responder ante el pueblo de ellos.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Lo que más me duele es escuchar como Gallardón defendía hoy que se iba a velar por los discapacitados. Hace falta hacer de la hipocresía una cuestión vital para poder largar estas palabras sin asomo de vergüenza. Ellos, que nos están robando nuestros derechos a todos, entre ellos a los discapacitados, véase el tijeretazo en Dependencia que han metido, hablan de dignidad y de vida digna. Sólo personas sin ningún tipo de moral ni recato pueden mentir de esta manera tan cruel para muchas personas.
Un saludo.

Anónimo dijo...

El aborto es como la prostitución, algo que siempre existió y siempre existirá, hasta que existe la utopía, es decir nunca. En el pasado abortar para la madre significaba muchas veces poner su vida en peligro, ya sea usando los viejos métodos de la aguja de hacer punto o con hierbas o sustancias tóxicas. Decir que estás en contra del aborto porque nadie debería estar forzada a abortar es como decir que nadie debería odiar a su padre porque todos los padres deberían ser buenos... es pura fantasía. Siempre habrá padres maltratadores y siempre habrá mujeres que no puedan tener hijos, porque no pueden darle una vida digna, o sencillamente porque no están dispuestas a ser madres, qué cojones.
Eso sí, los hombres cuando embarazan a una mujer, muchas veces les basta con decir chao, (voy a por tabaco, ahora vuelvo) y ya, problema resuelto... está claro que así opina cualquiera sobre lo que puede o no puede o debe o no debe hacer una mujer...
Yo creo que la mujer debe ser libre de su cuerpo, y que con la educación y la prevención se pueda limitar al máximo los embarazos no deseados y así los abortos. Pero si estos fachas también ven herejía la pildora del día después (uy, matar unas decenas de células, seguro que pierdes más cuando te lavas los dientes) y la contracepción, pues está claro que por ahí no van los tiros. Y bueno, claro para rematar la hipocresía, en las familias de pasta siempre podrán mandar las chiquillas a abortar a Francia o Inglaterra si se presenta el caso...
Basta ya de dominación masculina, basta ya de instrumentalización de la sexualidad. Los cuerpos son nuestros, la decisión también. Y estáte seguro que ninguna mujer es feliz de abortar.

PACO dijo...

Hola Anónimo.
Es cierto, el aborto, como la prostitución o la guerra, siempre han estado ahí.
Sobre la persecución de las medidas contraceptivas creo que has expresado la realidad de manera muy acertada.
Disiento en lo de considerar que el aborto es tema sólo de la mujer, especialmente si ésta tiene una pareja estable. Parece un contrasentido que si el niño nace su crianza sea responsabilidad de los dos,como así debe ser, pero si se ha de tomar la decisión de que no nazca lo sea de una sola parte de la pareja.
Un saludo.