miércoles, 25 de julio de 2012

CONSTRUYAMOS UN PRESENTE PARA UN LARGO FUTURO (I)

Hace unos días leía en el blog que Manuel Marín publica en El Huffington Post una entrada donde el autor reflexionaba sobre los "fallos" que hemos tenido como país y la necesidad de reconocerlos para empezar a construir algo nuevo y sólido. 
Debo reconocer que Manuel Marín me parece una de las personas con la cabeza mejor amueblada de este páramo económico, intelectual y moral en que se está convirtiendo este lugar que llamamos España y, por tanto, sus reflexiones, al menos su capacidad de autocrítica que ha de servir de base a algo nuevo y mejor para todos los ciudadanos que conformamos esta nación, me parecieron bastante atractivas. Algo nuevo, y constructivo, bajo un Sol  implacable que agosta España con la colaboración inestimable de politicastros, especuladores y supuestos economistas, más preocupados por sacar la cabeza para reclamar lo suyo que por cualquier otra cuestión. 
Si alguien desea leer lo escrito por el ex presidente del Congreso de los Diputados aquí dejo el enlace del texto al que me he referido:


Contrariamente a la reflexión y el sosiego constructivo del mencionado Marín, el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares dicta una sentencia donde obliga a de devolver al presidente de dicha comunidad el dinero recibido por su parte y por la de sus consejeros y afines en concepto de subida de sueldo. Dicha subido de sueldo, de un 25%, se superponía temporalmente a la bajada de sueldos de los funcionarios. 


Estas dos formas tan dispares de entender la misión, y visión, de las personas que se dedican, o han dedicado, a la política muestran las dos caras de la moneda del asunto: en un lado podemos situar a los que conciben la política como una forma de mejorar la vida de los ciudadanos y en el extremo opuesto podemos encontrar a una mayoría muy cuantiosa que conciben la política como una forma de medrar personalmente, al más puro estilo de los pícaros españoles del Siglo de Oro, pero con coche oficial y con tarjeta de crédito.
Sobre estos últimos mucho se ha hablado y se seguirá haciendo, por lo que no me parece oportuno hacer perder el tiempo al amable lector profundizando sobre el tema. Mucho más atractivo me resulta la postura autocrítica del ex político y la idea de empezar a construir algo nuevo, donde todos tengamos cabida y una mayor calidad de vida y en ello nos vamos a embarcar en esta entrada. Entrada, que dividiré en dos partes, publicadas en días consecutivos, que concibo como una segunda parte de la publicada de manera inmediatamente anterior a ésta; pues, si se sale del euro, algo habrá que hacer para cambiar el rumbo que nos ha traído hasta estas procelosas aguas.


Desde mi modesto punto de vista lo primero que nos hemos de cuestionar es el modelo social que queremos para todos los ciudadanos de este país. Cualquier otra cuestión política, económica... debe subordinarse al modelo de sociedad que deseemos crear. Obviamente, como el lector habitual habrá intuido, mi modelo se basa en un sector público poderoso que ofrezca al ciudadano, a cambio de impuestos, sanidad pública de calidad (aún mejor que la que teníamos hasta hace bien poco, una de las mejores y de las más baratas del mundo, todo un ejemplo de gestión, mejorable, pero que nos ha de servir de punto de partida), educación pública de calidad y gratuita, al menos, hasta la llegada del estudiante a la universidad. A ello se ha de unir una política tendente a facilitar la vida de todos aquellos discapacitados, enfermos crónicos y demás circunstancias que pueden marcar el devenir de cualquier compatriota. La dotación de recursos personales y materiales que mejoren la calidad de vida, así como la inclusión, deberían convertirse en otro de los ejes de esa política social (política que no consiste en otra cosa que en trabajar por y para el bienestar de los ciudadanos, sea cual sea su poder adquisitivo). A ello se puede unir aspectos como la revisión de las pensiones misérrimas que perciben una parte de nuestros ancianos. Ancianos que, en muchos casos, han trabajado como mulas, consiguiendo con ello todo lo que estos petimetres, de escaso intelecto y menor moral, nos quieren quitar. La Dependencia, al menos desde mi punto de vista, contiene aspectos que exceden a los meramente económicos. La creación de servicios especializados para atender cuestiones mucho más frecuentes de lo que parecen a simple vista como la violencia de hijos contra padres, el tratamiento psicoeducativo de personas con trastornos que anteriormente se denominan caracteriales y otra multitud de aspectos obviados hasta el momento conformarían esa Dependencia, con un marcado acento psicopedagógico/asistencial.


Aspectos como el derecho a la vivienda, no hablemos ya del derecho al trabajo, deben ser los ejes sobre los que gire cualquier política que se precie de considerarse una política basada en la justicia social.
Parece obvio que este modelo, propuesto a grandes trazos, choca con el ideal imperante en buena parte de Europa y puede sonar a utopía, mucho más en nuestros días; a un anhelo de alguien bienintencionado sentado cómodamente frente a un ordenador. Nada más lejos de la realidad.
Para comprobarlo desarrollaré una segunda parte dedicada a como gestionar los recursos, que como bien sabe el lector son limitados y más cuando sólo se mira a un lugar, hacia abajo, para captar esos recursos, que son los de todos y deberían ser para todos. Pero este aspecto, por cuestiones de espacio, y de vaguería, lo dejaremos para la entrada siguiente.
Un saludo.

2 comentarios:

thedanielgue (google) dijo...

De Uruguay: Talvez el euro no los deje ver el bosque o como no habla es facil echarle la culpa.Pero hacer un cambio parecido a una revolucion, en un mundo globalizad,dependiente y de habitantes egoistas y comodos ??? Imginemos que nos quedamos sin electricidad varios dias, sacar agua de un pozo?? Antes era como se vivia El problema de la deuda, es virtual Porque si EEUU quisiera pagar su deuda , no tiene la cantidad de papel para imprimir los dolares. Ahora imaginemos que un extraterrestre viniera y pagara toda la deuda de España Cuanto demorarian en tenerla de nuevo ???Por eso creo, que no es el problema del euro o politico de turno

PACO dijo...

Hola thedanielgue.
Efectivamente, una parte de la población son, somos, bastante cómodos y egoístas. La deuda, tal como está concebido el sistema, es impagable. Lo cual implica dos cosas:
cambiar el sistema y hacer lo que ocurrió tras la 2ª Guerra Mundial, pagar las deudas poco a poco, o no cambiar nada y quebrar a medio largo plazo.
Respecto a lo de volver a la Edad de Piedra, no es necesario. Se puede seguir haciendo una economía humana, respetando tanto al ser humano como su entorno, desprendiéndonos de lo superfluo, sin que eso suponga una merma sustancial de lo básico. Existen teorías al respecto, pero lo que es básico es desterrar la palabra competitividad del diccionario.
Un saludo.