martes, 17 de julio de 2012

LA RIQUEZA LA CREA EL CONSUMIDOR

En estos días inciertos, en que vivir es un arte, como decía la canción de mis paisanos, Celtas Cortos, los mismos que nos llevan a la ruina nos quieren hacer creer que todo gira en torno a la competencia y a la capacidad de emprender e innovar. No sólo eso, de igual manera nos repiten, de manera machacona y artera, que los que crean la riqueza, signifique este término lo que signifique, son los empresarios. 
Sobre el significado de riqueza podríamos hablar mucho, tal vez lo haga algún día, pero simplemente le dejo al amable y sufrido lector una reflexión: destrozar el patrimonio natural para crear puestos de trabajo supone, según estos fenómenos de la Economía Patológica crear riqueza. ¿Alguien ha cuantificado la cantidad de dinero que se pierde al destrozar el paraje natural en cuestión (cuyo valor también puede cuantificarse en dinero, como nos enseñan muchos naturalistas)? ¿Alguien ha cuantificado que a cambio de unos empleos, generalmente con una duración determinada en el tiempo, se destruye lo de todos, para que unos pocos saquen unos ciertos beneficios? 
Pero este es el asunto que hoy deseo exponer y por ello dejo aquí las reflexiones sobre este respecto.
Me gustaría centrarme en aquel mantra que repiten una y otra vez, tal vez para intentar convencerse de que poseen una verdad innegable, los Economista Patológicos que se han apoderado de la humanidad: los que crean riqueza son los empresarios.


 Repita el amable lector conmigo una y otra vez para intentar convencerse: los empresarios son los que crean riqueza. Ponga a dicho mantra un sonido extraño de fondo y vuelvo a recitarlo sin pensarlo dos veces. ¿A qué esta necedad suena ahora mejor? Hagámoslo otra vez, pero esta vez pondremos de fondo la famosa canción de Manolo Escobar, "¡Qué viva España!". ¡Rediós! ¿No se siente mejor y más patriota. Pues olvídese del asunto, porque se trata de un torpe montaje de estos mentecatos que han estudiado en las famosas Universidades chachilerendi y en las Escuelas de Negocios, que como bien indica su nombre, son un negocio para los que salen de ellas.
Si bien queda claro que un empresario, a no ser que se trate de un autónomo que sólo trabaja él en su negocio (en definitiva, un trabajador por cuenta propia), depende del trabajador para "crear esa riqueza", aún hay otro punto que ridiculiza ese mantra que casi, casi nos hemos llegado a creer. Un empresario, e incluso unos trabajadores que realizan su desempeño laboral en cualquier empresa, no constituyen más que un proyecto bienintencionado hasta el momento en que alguien compra sus productos. En definitiva, el que crea riqueza no es el empresario, este sólo pretende ganar dinero, lo cual no es ilícito, ni tan siquiera el trabajador, que realiza una parte de un producto que le es encomendada, es el consumidor el que crea riqueza consumiendo los productos. Todos: empresarios, trabajadores, gobiernos, economistas de medio pelo y demás patulea dependen de que sus productos sean adquiridos por el consumidor. Por tanto, no le demos más vueltas, el verdadero creador de riqueza es el ciudadano, o el conjunto de ciudadanos, que adquieren los productos, unos necesarios y otros totalmente superfluos. Sin nosotros ya pueden producir lo que les salga de la entrepierna y aspirar a la nominación de mejor empresario del año, que si nadie lo compra su gran valía y su gran capacidad de riqueza se queda en un anhelo.


La estrategia del poder, tanto económico como político, se basa, una vez más, en hacernos creer a los ciudadanos que no poseemos la capacidad de decisión suficiente. Lo han intentado, y por el momento lo han conseguido, con la democracia, haciéndonos creer que la Economía Patológica que defienden se encuentra en un escalón superior al poder de decisión político de los ciudadanos. Lo están intentando de igual manera con el aspecto tratado hoy, haciéndonos creer que los buenos, y útiles, son aquellos que ganan mucha pasta, o al menos lo intentan. Pero todo se trata de una gran mentira, la enésima de estos genocidas. Mentira que busca acomodar la realidad a sus propios intereses económicos, no lo olvidemos nunca.
Alguien podrá alegar que la inexistencia de ¿emprendedores? y empresarios nos abocaría a la miseria. El día a día nos demuestra que esta consigna oculta una falacia mayúscula. El mayor problema de este país, tras el paro y como consecuencia de la ruina bancaria de las entidades crediticias, reside en la imposibilidad que tienen muchos ciudadanos de consumir, incluso productos de primera necesidad. El descenso del consumo en una sociedad occidental, donde el sector servicios constituye el mayor sector productivo, conlleva la pérdida de miles y miles de puestos de trabajo. La no adquisición de productos conlleva el cierre de comercios y la disminución de plantillas de los mismos (cuando me refiero a comercios no hablo en exclusiva del ultramarino de la esquina, me refiero a cualquier negocio encaminado a ofrecer un producto o servicio al  ciudadano o a empresas). Obviamente este descenso del consumo repercute en la industria (ayer mismo escuchaba el caso de Peugeot en Francia, que debido a la bajada, cuantiosa, en las ventas debía despedir a miles de personas). Una y otra cuestión se van retroalimentando hasta conformar una espiral de la que se puede salir difícilmente.
Puede parecer una análisis simplista, en el que no utilizo términos técnicos (ni los sé ni quiero aprenderlos), pero, generalmente, los hechos resultan bastante simples, le pese a quien le pese, y la realidad, por mucho que se empeñen en edulcorarla, no admite muchas interpretaciones. Basta una explicación tan simple como ésta para comprender que los ciudadanos, por obligación o por decisión propia, tenemos mucho más poder de decisión y de crear riqueza que cualquier empresario.


Se podrá alegar, tal vez con cierta justificación, que en este caso nos vemos obligados a reducir nuestro consumo. Cierto. Pero no es menos cierto que si en época de "vacas gordas" decidimos no consumir el resultado es el mismo. El sistema se basa en producir y, sobre todo, en consumir. Por tanto, los que fomentamos el funcionamiento del mismo somos los ciudadanos que adquirimos productos, necesarios o no. De hecho, como el lector sabrá la publicidad no sólo tiene como finalidad que consumamos un producto en detrimento de otro, la creación de la necesidad de adquirir un producto también entra dentro del campo de acción de este campo. Muchos de los productos los consumimos porque una campaña publicitaria nos crea la necesidad de tener tal o cual cosa, ir a un crucero, ver tal película... En otras palabras, se trata de incitarnos a consumir cosas, en muchos casos, totalmente superfluas e innecesarias. Ellos sí que tiene consciencia de que nosotros, los ciudadanos, tenemos ese poder de crear riqueza.
Me gustaría concluir con un ejemplo que puede servir para ilustrar la tesis que he desarrollado durante la entrada.
Seguramente el amable lector recordará que no ha mucho existían una multitud de tiendas de discos y de vídeoclubs que, por arte de la descarga de música y películas a través de Internet, han desaparecido. Una nueva forma de consumo ha acabado con una buena parte de un negocio que, obviamente, sostenía el consumidor. ¿Quién tiene el poder y crea la riqueza?
Un saludo.

6 comentarios:

E..P.. dijo...

Hola Paco.

Llevo unas semanas desconectado de blog y comentarios, aunque siempre busco unos minutos para postear y aunque poco, el mono del blog me hace caer en la tentación de postear un poquito...dicho esto amigo Paco, paso a mi humilde opinión por lo cual no quiere decir que lleve toda o parte de razón, pero considerando es solo como dije antes mi humilde opinión.

Suelo repetirme mucho sobre política social en muchos de mis posteos y es que siempre llego a la misma conclusión cuando se trata del sistema-político, al mismo lugar: los mafiosos de este país se han metido a política, sin más....¿A igual parece poco, verdad? lo suficiente para tener a las masas aborregadas, manipuladas como esclavizadas, sin más preámbulos porque ya se sabe todo el porque.

Un servidor, un ciudadano más de este país ha trabajado como un hijo de p*** echando horas con día con un trabajo tanto fisico como sicológico, tengo 5 oficios, 4 destinado toda mi vida a vivir de ella por la cual he movido millones en mi producción donde como obrero ( ha mucha honra y orgulloso de ello, por si hay algún colgao clasicista social, leyendo esto). El 5ª oficio hace poco me saque un titulo y tiene un poco referencia al gremio que pertenezco,...para no explicarme más....siempre he pensado y sentido que la riqueza no la crea el empresario, la crea el consumidor, una obra teatral o una pelicula de cine sin público como que no, así que la riqueza si no hay consumidor igualmente...a su vez el trabajador hace su productividad en la riqueza en cierto modo, sin olvidar que somos todos consumidores.

El empresario, no en general, no es lo mismo "un pistolero" ( paga poco,mal paga o no paga a los trabajadores) con tres trabajadores...que el dueño de Zara explotando a niños de 14 años a 0,80 centimos de €uros con 12 y 14 horas diarias, como estas ya hay unas pocas.

Vamos que si no se consume es la ruina, con más de 5 millones de parados, casi 13 millones de pobres y toda la miseria que está arrastrando este país no me extraña que estemos como estamos....si no hay pasta no se consume,...si no se trabaja se consume menos...

Si asco me daba el gobierno anterior, el actual me da arcadas y ganas de echar la pota.

Saludos Paco.

PACO dijo...

Hola E.P.
El truco no reside en consumir o no consumir. Existen otras ideas económicas que repudian este sistema económico, por ética y por imposibilidad material de mantener el sistema, especialmente por lo finito de los recursos. Tal vez deberemos darnos cuenta de eso y empezar a variar nuestros hábitos y apoyar a todos aquellos grupos, personas que luchan por ello. Nada cambiará en nuestro país, ni en otros, si seguimos dejando que los economistas patológicos sigan rigiendo nuestros destinos políticos. No se trata de volver a la época de las cavernas, en la que en cierta forma estamos de nuevo. Más bien se trata de cuestionarnos para que sirven ciertas cosas que adquirimos y por qué las adquirimos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Si es posible
http://www.elblogalternativo.com/2011/08/30/video-sobre-un-mundo-donde-todo-es-gratis/#more-35906

Piedra dijo...

Hombre no, para que el ciudadano tenga poder adquisitivo, necesita haber producido antes, no nace rico, así pues el que produce la riqueza es el obrero, (de toda la vida de dios).
Decía un rojo con barbas hace muchos años, que eso es la plusvalía, lo que produce uno, más allá de lo que cuesta mantenerlo o que él mismo consume. Esa es la riqueza. Con esa plusvalía se puede comerciar y crear más riqueza... NO la riqueza cambiará de manos, pero ya no crecerá porque no se produce nada nuevo.
En fin, dicho esto, lo que tenemos los consumidores, es el poder de decidir, como tu has escrito, que productos se comercializarán y cuales no, porque no los compramos, aunque como también has dicho, ahí entra en juego el marketing para vendernos cosas inútiles o que no necesitamos. Y es eso lo que debemos combatir, el consumo compulsivo, fomentar la austeridad voluntaria y buscando la felicidad más allá de los bienes materiales.

PACO dijo...

Querido Piedra:
el obrero puede producir lo que quiera o, mejor dicho, lo que le manden, generando todas las plusvalías y cobrando un salario, generalmente escaso, por su labor, pero por mucho que produzca, y muy bien que lo haga, si nadie compra ese producto el obrero se queda en paro y el empresario sin sus plusvalías. Así de sencillo, aunque haya muchos obreros con mucho dinero. Si en vez de comprar el dentrífico que produce el obrero del ejemplo todos compramos el dentrífico de otra marca la empresa del currito se cierra.
Especialmente importante me parece la idea de la publicidad y el consumo innecesario, donde coincidimos. El día que nos demos cuenta de cuantas cosas podemos prescindir, ese día habremos dado un paso decisivo para controlar a todos los que nos están haciendo la vida imposible.
Un saludo.

PACO dijo...

Anónimo, no consigo ver el vídeo en español y no tengo ni papa de inglés. Sin embargo he leído lo que se defiende sobre el dinero, o su inexistencia y comparto ciertas cuestiones. Sin embargo, aún pudiéndome equivocar, uno de los problemas que ha generado una sociedad industrial es que los ciudadanos producimos, muchas veces ni eso, una sola parte de un producto y difícilmente podemos cambiar una puerta de un coche, que encima no es nuestra, por una docena de huevos. El dinero, como cualquier otra invención del ser humano, no es ni bueno ni malo, todo depende del uso que se le dé. Y,desde su invención, sólo ha servido para generar desigualdades entre seres humanos. Tal vez debamos empezar por plantearnos que al dinero se le puede dar otro uso y a partir de aquí construir algo nuevo.
Un saludo.