martes, 18 de septiembre de 2012

LA INDUSTRIA DE LA MANIPULACIÓN (II)

Habíamos hablado ayer de un par de formas de intentar confundir al ciudadano: el miedo y la desacreditación del rival. Hoy abordaremos otras dos en profundidad: apelar a los sentimientos y hablar de vulneración de derechos. 
Una tercera estrategia, muy de moda en estos últimos tiempos, se basa en apelar a los sentimientos, más concretamente a lo visceral. Casos como el del etarra condenado por asesinato Bolinaga constituyen un ejemplo más que ilustrativo. Para aplicar esta forma de actuar lo primero que se trata por todos los medios posibles es diluir la lógica. Las leyes, las experiencias pretéritas, la igualdad de los seres humanos... todo se arrincona y se empieza a abogar por sentimientos como la venganza, la indefensión de los niños, la patria... todo para intentar llevar el agua al molino de las personas interesadas, una minoría interesada en copar el poder al precio que sea. Ejemplos como el de las matanzas de los tutsis, alentada por una minoría que se aprovechaba, entre otras cosas, de los problemas económicos derivados de la atomización de las parecelas poseídas por gran parte de los ciudadanos ruandeses, parecen de manual. En la actual España personajes como Mayor Oreja, el peor ministro de Interior de las últimas décadas (la cifra de delitos aumentó de manera significativa, muy significativa, durante su mandato), Esperanza Aguirre o el recientemente sancionado con 100.000 euros de multa por denostar a un compañero de profesión, o lo que sea eso, Jiménez Losantos, son ejemplos de esta forma de actuar.


Obviamente estos sentimientos a los que se apelan buscan anular cualquier atisbo de coherencia y racionalidad en la persona. Esta estrategia no parece muy difícil de llevar a cabo, pues parece ser que las información que va de la capa más profunda del cerebro, la más primitiva, la que se encarga de los sentimientos, entre otras cosas, es diez veces superior a la que va del neocórtex, la parte más moderna del cerebro, al, si mal no recuerdo, lóbulo límbico, la parte más antigua. Por tanto, a pesar de todo lo que nos podamos creer, lo visceral, lo que nos ha permitido llegar hasta aquí, por ser la parte encargada de la supervivencia tiene mucha importancia en nuestro funcionamiento diario; aun sin personajes que apelen a ella. Aunque creo que personajes que apelan a nuestra parte más instintiva, más animal por así decirlo, para conseguir sus fines se definen a ellos mismos por sus estrategias. Baste pensar que un tipo como Mayor Oreja defendía el franquismo con la extraña argumentación basada en que cierta gente vivía muy bien en aquella época.
Pero no daré más bola estos personajes y abordaré la siguiente estrategia que he decidido desarrollar.
Por último, para concluir, me gustaría mencionar una estrategia muy utilizada por las religiones y los neocons en diferentes ocasiones. Dicha estrategia se basa en afirmar que ciertas cuestiones: comentarios, huelgas... vulneran los derechos de los que no comulgan con los comentarios o la huelga en cuestión. Seguro que esta forma de actuar le suena al amable lector y le recuerda a la forma de actuar de los ciertos seguidores islamistas o de una parte de la Iglesia Católica patria. De igual forma, cada vez que se convocan y llevan a cabo huelgas los neocons, neoliberales o ultramontanos (todo es lo mismo) apelan al derecho a trabajar de los que no quieren hacer huelga (olvidándose del derecho a la huelga de aquellos que no pueden hacerla debido a las amenazas de los empresarios).


Apelar a los derechos propios consigue que el de enfrente aparezca como un bárbaro revolucionario que se inmiscuye en la vida de otras personas, buscando con ello el beneficio propio y, de paso, fastidiando a los demás, que siempre son presentados como gente buena y responsable, contrariamente a los que montan algaradas o cargan contra las religiones. 
Dicha estrategia se descalifica per se, pues si no existen acciones policiales o judiciales contra esos "violadores de la libertad ajena" (e incluso existiendo dichas acciones, especialmente las policiales, en ciertos casos desproporcionadas y carentes de sentido) todo lo demás es palabrería barata y una forma de desviar la atención sobre los asuntos verdaderamente relevantes.
Creo que estas cuatro estrategias, expuestas de manera somera, constituyen algunas de las formas en que el poder y sus mamporreros intentan confundir al ciudadano para arrimar el ascua a su sardina de manera, más o menos, subliminal. Seguro que existen más como obviar sucesos, presentarlos de manera artera y distorsionada... pero estos cuatro expuestos constituyen una forma continua de actuar de los poderes establecidos. 
Un saludo.

4 comentarios:

Luis Fer dijo...

Hola Desalmado, muy interesantes tus dos artículos. Estos temas fueron perfectamente analizados por un famoso filósofo y lingüista, tachado de anarquista y libertario, Chomsky, al que leí en tiempos mejores (mejores porque yo era más joven) y al que me ha hecho recordar tu artículo. Su decálogo de estrategias de manipulación es aclaratorio a más no poder. Merece mucho la pena echar un vistazo :

http://www.educacionmediatica.es/?p=1495

PACO dijo...

Hola Luis Fer.
Nada nuevo bajo el Sol, todo está inventado y los de siempre intentan que todo siga igual,siempre a su favor.
El enlace no he podido verle. Ya le echaré un vistazo.
Un saludo.

Piedra dijo...

La mejor defensa, el sentido crítico, la duda, la cultura y el prescindir de los medios de desinformación masiva.
Aunque, habría que matizar eso de cultura, puesto que la educación está en manos suyas, así que es muy difícil educarse de forma aséptica.

PACO dijo...

Hola Piedra.
Siento disentir de ti, pero la educación jamás será aséptica pues es un hecho social, humano, y como tal estará siempre influido por el tipo de sociedad. Además, la educación, entre otras finalidades debe tener dos que resultan paradójicas: conservar la cultura y modificarla, en teoría para mejorarla.
Tal vez este segundo aspecto sea el más importante, sin olvidar de donde partimos.
Un saludo.