Una vez más trataré el desgraciado y criminal asunto del secuestro de niños recién nacidos en España, práctica que tuvo lugar en nuestro país durante, al menos, cinco décadas del siglo pasado. Esta vez el motivo de que dicho tema aparezca en este blog no es otro que el artículo del impresentable Carlos Rodríguez Braun. Este fulano, sobre cuya existencia no sabía nada hasta hace unos meses, ha tenido a bien espetar en un artículo de opinión en el periódico La Razón las siguiente procacidades respecto al tema de los niños secuestrados, por una red perfectamente organizada, creada al efecto: "Un momento, señora:¿usted se dejaría robar un hijo? Es imposible". Una vez metido en harina el ideólogo continúa: "Sospecho que se trataba de solteras embarazadas que entregaron a sus hijos a instituciones religiosas para que los dieran en adopción". No contento con sus razonamientos, que tan bien ilustran la catadura de este personaje, siguió: "hicieron algo importantísimo: permitieron que sus hijos vivieran". El tipo, ideólogo del liberalismo y de la hipocresía, añadiría yo, concluyó de esta sorprendente manera: todo se debe a una nueva campaña de la izquierda para echar "las culpas sobre la Iglesia e ignorando hipócritamente qué sucedería con algunos o muchos de esos embarazos no deseados en nuestros tiempos, tan progresistas". ¡Olé, sus cojones!
Al tal Braun, a la sazón catedrático de Historia del Pensamiento??? Económico y colaborador de Libertad Digital, La Razón y Onda Cero, exiliado argentino, huyó de la dictadura en 1977, le conocía hace unos meses disertando sobre las bondades del liberalismo en una radio. El personaje, al que en un principio consideré un bufón más del pensamiento liberal, que, pretendidamente, se cree gracioso cuando realiza sus comentarios sobre economía, me pareció de una mediocridad pasmosa, por lo que, sin vacilar, prescindí de la presencia de sus comentarios, poco fundamentados, casposos y carentes del humor que el fulano cree que desprenden.
No me volví a preocupar más de su existencia hasta que, hace unos días, leí las declaraciones del exiliado argentino sobre el secuestro masivo de niños en nuestros país. En ese momento cuando uno empieza a indagar sobre el tipo en cuestión y lo único que aparece en Internet son sus colaboraciones con distintos medios de comunicación, que no de información, sus charlas, paso de llamar conferencias a las disertaciones del elemento en cuestión, y una réplica del gran Manuel Vázquez Montalbán a un artículo publicado por el tal Braun, en él que este fenómeno del liberalismo acusaba al fallecido y genial escritor de estupideces sin cuento. Imposible hallar una biografía potable, ni tan siquiera en la Wikipedia, donde exclusivamente aparece mencionado como colaborador de programas, nadie se ha molestado en crear una entrada referente a tal lumbrera. ¡Qué desilusión, este faro de Occidente no parece preocupar gran cosa al común de los mortales!
A la par que rastreaba por la Red, las preguntas se arracimaban en mi mente: ¿por qué huyó de la dictadura argentina, máxime cuando justifica comportamientos que también se produjeron durante la dictadura del país austral? ¿Cómo alguien puede llegar a catedrático de pensamiento, aunque sea económico, con esa escasa capacidad de razonamiento? ¿será un ejemplo más del pésimo funcionamiento de la universidad a la hora de repartir plazas en propiedad de docentes? ¿cómo un fenómeno del liberalismo como este tipo, lo primero que hace es asegurarse un trabajo para toda la vida? Pero reconozco que pronto se desvanecieron tales inquietudes, no es mi estilo descalificar al personal por cuestiones ajenas a mi conocimiento y comprensión, como habrán podido comprobar los lectores de este blog, pues procuro aportar datos que fundamenten mis razonamientos, acertados o no, esa es otra cuestión. Sin embargo, los pensamientos surgen de manera espontánea y, en un primer momento, no se pueden, ni se deben, reprimir.
Acto seguido me centré en el tema primordial, el artículo del personajillo que nos ocupa en este momento. Este fulano, cuyo mayor mérito, desde mi punto de vista, no es otro que deformar la realidad para adaptarla a sus tesis liberales, vuelve a aplicar esta máxima, la de la distorsión de los sucesos, a las líneas que perpetra en el diario que le da cobijo. Hasta aquí nada criticable, cada uno da para lo que da, no pudiéndose pedir peras al olmo, pero cuando la cuestión, abordada con esta estulta fundamentación argumental, trata de uno de las mayores atrocidades cometidas en las últimas décadas en España la cosa cambia. El tal Braun, ha cruzado la linea de manera vergonzante e irrespetuosa, la línea de la decencia y del respeto a los afectados y eso es harina de otro costal. Distorsionar la realidad para legitimar sus creencias, no pueden tildarse de otra manera, obviando un trágico suceso, que afecta a miles, centenares de miles según algunas fuente, de personas, moldeándolo a su antojo, con la única finalidad de culpar de todo a los progresistas o la izquierda, constituye, desde mi punto de vista, un acto despreciable, que uno, lego en derecho, considera constitutivo de delito. La zafiedad del personaje en cuestión al tratar el asunto no tiene límites, al igual que la falta de sensibilidad hacia las víctimas. Desde mi perspectiva, sólo puedo añadir mi repulsa hacia estas ideas, hacia el tipo en cuestión y hacia todos los que amparan a este juglar del liberalismo, pretendido pensador y auténtico ejemplo de como la falta de escrúpulos y la carencia de inteligencia se ven premiados, siempre que pienses como interesa a ciertos sectores económicos.
Una vez más al tratar el tema de los niños secuestrados, incluiré varios enlaces al respecto para proporcionar al lector que lo desee más información al respecto. En primer lugar, de nuevo, el enlace de la asociación formada con el fin de intentar esclarecer estos trágicos hechos:
A continuación un breve artículo del blog de Karme Villa (espero haberlo escrito correctamente), Aposentada, que trata sobre el tema de los niños secuestrados y los autores materiales, al menos uno, de estos actos:
Termino con un par de artículos:
Un saludo
2 comentarios:
Este señor es un energúmeno, sin más. Le has dado caña y eso me gusta. Ni siguiera se le puede tachar como mediocre, su catadura moral es proporcional a su sentido de la decencia, es decir, ninguno.
El tema es SERIO y muy triste para muchos padres, hijos, familias enteras. Merece una investigación hasta sus últimas consecuencias y que los responsables paguen.
Sin más. Justicia
El comentario anterior ha salido publicado con tu nombre...lo siento. Esto de compartir el mismo ordenata es lo que tiene...
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