martes, 12 de abril de 2011

EL FIN DEL TERRORISMO, CUESTIÓN DE TODOS

El sábado se manifestaron las personas que integran la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), demandando, entre otras cosas, la no negociación con la banda terrorista ETA, buscando acabar con la misma, exclusivamente, con la persecución policial. 
Independientemente de la percepción personal que tengo sobre dicho movimiento social, me refiero a la AVT, considero que están en su derecho de demandar lo que les plazca, aún considerando que dicha asociación, en el fondo, representa los intereses de una parte de la derecha española, la más rancia, empeñada en acabar con José Luis Rodríguez Zapatero , por lo civil o lo criminal.
De igual manera, yo también puedo opinar sobre asociación, en ésto consiste la libertad de expresión, siempre sin menospreciar o mentir al respecto, cuestión sobre la que tendrían que aprender algunos de los manifestantes del sábado. 
El desgraciado y trágico hecho de sufrir un atentado o perder un familiar, sería más correcto escribir, sufrir el asesinato de un familiar, a manos de la banda criminal ETA, no confiere automáticamente una autoridad moral superior en este aspecto a la que puede poseer cualquier otro ciudadano. Cualquier ciudadano puede, y debe, opinar al respecto, aún diferiendo, como va a ser mi caso. Nadie tiene el monopolio de la opinión, ni en éste ni en ningún otro aspecto. En este sentido, uno denosta el uso que dicha asociación, que no representa a todas las víctimas del terrorismo etarra, hace de este sentimiento de presunta supremacia moral, que, al menos según ellos, debe vertebrar la respuesta ciudadana ante el terrorismo etarra (a nadie se le ocurre que los parados sean los que decidan sobre economía por ser los que más están sufriendo en sus carnes la puta crisis, es más, uno piensa que conociendo la extracción ideológica de muchos de los participantes en las manifestaciones a las que me he referido con anterioridad, se opondrían frontalmente. Aunque, tal vez, algunos de ellos, especialmente los que administran las cuentas en casa, podrían dar sopas con hondas a muchos pretendidos expertos en el tema.).
Dicho ésto, creo que mi postura queda clara respecto a la validez de cualquier persona, colectivo o lo que fuere a la hora de opinar sobre el asunto del terrorismo.
Mención aparte merece la utilización torticera, por parte de cierta gente, para criticar ciertos aspectos de la política del gobierno actual, en nada relacionados con el terrorismo, que se producen en cada manifestación de dicha asociación. A uno le parece que este comportamiento muestra a las claras que dichas congregaciones, más o menos multitudinarias, tienen una finalidad bien distinta, al menos por parte de aquella gente que se presta a la descalificación general de la política gubernamental, a la que se expresa como motivo de las concentraciones. Estos comportamientos, no voy a decir que deslegitimen las reivindicaciones, compartidas o no, de los manifestantes, pero, desde mi punto de vista, muestran el poco respeto que tienen por la causa que dicen defender. No entiendo como pueden defender la "dignidad" de los muertos y heridos, criticando aspectos que nada tienen que ver con el asunto que les lleva a movilizarse en Madrid. Fácilmente puede parecer que la desgracia generada por ETA es una excusa para otro tipo de reivindicaciones, en nada ligadas a ésta pretendida defensa de la dignidad. Si a ésto le unimos declaraciones como las de Mayor Oreja, adalid de la causa, que rayan en el surrealismo, la falta de credibilidad de dichos actos queda patente.
Mayor Oreja, el gran oráculo de la extrema derecha, merece una líneas, que le voy a dedicar. El señor vaticinios ha jugado con una carta marcada y aún así y todo ha perdido muchas partidas. La carta marcada consiste en que sus predicciones tienen un 50% de probabilidades de cumplirse. Se negocio o no, se legaliza un partido ligado al independentismo patriota o no. Respecto a lo de las negociaciones y el resultado acertó, pero en lo que respecta a la legalización de partidos vinculados a ETA, según él mil veces pactado entre el gobierno y los etarras, ha errado una y otra vez. Ésto sería más que suficiente para desprestigiar a cualquier persona, pero para él no es suficiente. Uno tiene la impresión de que este hombre ha hecho del vaticinio respecto al tema en cuestión un modo de vida, con seguidores fieles, acierte o falle y que no desea bajarse del burro, que tan bien le trata en la vida. Tal vez, antes de criticar a los demás, debería cuestionarse porqué el terrorista más sanguinario de entre los veteranos y reincidente tras su excarcelación, Iñaki Bilbao, fue acercado a las cárceles vascas cuando se produjo el proceso de negociación con la banda etarra, cuando gobernaba el PP, siendo el ahora europarlamentario, Ministro de Interior por aquellos entonces.
Como suele ser costumbre no tengo ningún problema en mostrar mi postura respecto al fin de ETA que, como bien saben los lectores habituales, difiere sustancialmente del de la famosa AVT. La repetiré, aún a riesgo de saturar al amable lector. Defiendo tanto la persecución policial de los asesinos de dicha banda, como la negociación, siempre que sea posible y que no sea una mera excusa de la banda para rearmarse. Dicha negociación no puede, ni debe, ser política, lo único negociable ha de ser la entrega de las armas a cambio de la libertad, de la forma que se decida en la negociación entre ambas partes, de los presos etarras, al menos de los arrepentidos o de los que acepten tal pacto. Respecto a la política, para eso existen los partidos políticos y si los ciudadanos vascos lo consideran oportuno que elijan a los partidos independentistas de izquierda y que éstos exploren las vías de la independencia, si su representatividad así se lo permite, que me temo va a ser que no, pues nunca han alcanzado más de un 15, 16 % del voto de dicha comunidad, por si alguien no se ha dado cuenta con un voto de derechas muy alto, sólo entre el PNV y el PP monopolizan más del 52% de los votos.
Respecto a lo de la dignidad, que anteriormente coloqué entre comillas, me parece que se hace un uso torticero, e incluso diría que malintencionado, de dicha palabra. Dignidad es conseguir que todo el mundo pueda convivir en igual de condiciones, no imponer ideas (como, por ejemplo, ETA ha hecho mediante el uso de las armas en el País Vasco). Resulta evidente que la concepción de la AVT trata de que existan vencedores y vencidos, cuando creo que se trata, si es posible, de mejorar la convivencia entre ciudadanos. Desde ese punto de vista utilizar la palabra dignidad me parece abusivo y, en cierta forma, un chantaje emocional. Además prefiero que se pacte un acuerdo aceptable para todos a que una sola persona más se pueda unir a la AVT, porque un familiar suyo ha sido asesinado, a porque esa misma persona ha sufrido un atentado, a tener que buscar la rendición incondicional de los etarras, cuando se podía haber negociado antes y haber llegado a un acuerdo que hubiese evitado nuevos atentados. Una sóla vida vale más que cualquier palabra, por muy altisonante que ésta sea. Por lo tanto, deploro el uso de la palabra dignidad para detener un posible proceso de negociación que puede salvar vidas. Comprendo el dolor de la pérdida o la rabia de los heridos, pero el pasado no puede detener el presente y mucho menos anclarnos colectivamente en un sucedáneo de la Ley del Talión.
No sé cuando llegará una nueva negociación, existen ciertas probabilidades de que éste ocurriendo ahora mismo, pero, por mi parte, negocie quien negocie, no mostraré ninguna oposición a tal hecho. Es más, cualquier conflicto, éste provocado por unos terroristas, no lo olvidemos, acaba, necesariamente, en un pacto, siendo la capacidad de decisión de cada miembro decidida por la situación de poder en que se encuentra cada interlocutor en el momento del acuerdo (en este momento el Gobierno tiene muchas más cartas en la manga, por ejemplo, que cuando negoció el gobierno de Felipe González, mucho más débil respecto a ETA, por las circunstancias del momento. Baste recordar que algunos de lo últimos atentados con víctimas de ETA, muertos o heridos, han ocurrido en suelo francés, lo que estratégicamente supone alejar las acciones terroristas de España y, como resultado de ello, el aumento de la persecución policial en el país vecino).
Un saludo.

2 comentarios:

zel dijo...

Paco, llegué por casualidad aquí en un día de horrible dolor de cabeza, por lo cual no estoy donde debería estar, es decir en el cole. Que sepas que una catalana te leerá de ahora en adelante, una catalana que por lo que llevo leído, tiene muchas de tus mismas inquietudes. Entre ellas, la de delatar a tantos bárbaros que nos comen la vida. Un abrazo.

PACO dijo...

Gracias por seguir mi blog. Además de seguir el blog compartimos profesión, lo cual me alegra.
De vez en cuando escribo sobre educación, mis ideas son eclécticas, basadas en la importancia de considerar que lo que tenemos al otro lado de la mesa son personas. Cuando escriba algo sobre el tema estaré abierto a cualquier indicación.
Un saludo y perdona por tardar en contestar, hace tiempo decidí no hacerlo, pero esta vez me he sentido en la obligación de hacerlo.