martes, 21 de diciembre de 2010

Y TÚ...¿A QUIÉN COÑO REPRESENTAS?

¿CUÁNDO CONOCEREMOS LA VERDAD SOBRE EL ASESINATO DE COUSO Y LA MASACRE SAHARAUI?

Uno, que de vez en cuando tiene ideas, siempre raras, se pregunta desde hace tiempo ¿qué legitimidad tiene un tipo como Joaquín Almunia para decirnos a los españoles como debemos regir nuestra economía?
El amable lector, con toda la razón del mundo, podrá alegar que este señor ha sido elegido por nosotros como europarlamentario, por tanto nos representa. Sí, indudablemente, pero ¿este tipo no es el mismo que se llevó un sonoro bofetón cuando se presentó como candidato del PSOE hace más de una década?
Moralmente, al menos a mi me lo parece, lo mejor que podía hacer este personaje es reconocer que los españoles rechazaron sus ideas y asumirlo. Es decir, dedicarse a otra cosa profesionalmente; pero no, es más fácil seguir chupando del erario público, adaptándose a lo que haya que adaptarse para seguir exprimiendo la teta del dinero común.
Sin embargo, este tipo al menos ha sido elegido por los ciudadanos como representante en un organismo político, que no como Comisario de la Competencia????,  pero, queridos lectores, ¿qué me dicen de organismos como el FMI, el Banco Mundial, la OCDE o, para mear y no echar gota el nombrecito, los 100 sabios? ¿Quién coño ha elegido a los tipos que componen esos organismos? ¿Alguién le ha consultado, especialmente en el caso de los tres primeros organismos?
Uno entiende que las agencias de calificación (esas entidades privadas que han demostrado en los últimos años que en la empresa privada se puede meter la pata continuamente y seguir funcionando tan ricamente) son entidades privadas y pueden contratar a quienes deseen, ellos sabrán; pero cuando hablamos de organismos subvencionados con la pasta de todos deberían existir unos criterios diáfanos y, sobre todo, públicos de contratación de los personajes que ostentan cargos en los mismos. No sólo eso, también deberíamos conocer porque se sigue una línea ideológica, evidentemente neoliberal, a la hora de incorporar trabajadores a esas entidades.
Resulta curioso y sobre todo irritante que los fulanos que aconsejan, presionan y chantajean a nuestros teóricos representantes políticos, muchos de ellos desde organismos financiados con nuestra pasta, hayan llegado a esos cargos de una manera opaca, no se sabe bien como, ni a través de que componendas. Es evidente que si nuestros gobernantes carecen, cada día un poco más, de legitimidad para representarnos, pues sólo parecen mirar el beneficio de los grandes, estos organismos no sólo carecen de esa legitimidad, directamente son satrapías a las órdenes del gran capital, donde unos fulanos viven a cuerpo de rey, mientras promulgan medidas para que los demás vivamos como gusanos.
Quiero concluir con el nombrecito de los cien sabios. Parece ser que unos fulanos, muy listos ellos, se han constituido en un federación de genios que pretenden orientar nuestros destinos económicos, agrupándose bajo ese rimbombante nombre. No sé quien será el autor material de semejante floritura denominativa, pero una cosa es clara: dominan el mundo de la publicidad. Sin embargo, en otros aspectos a uno no le parecen tan sabios, pues sus postulados son los mismos que lanzan el resto de neoliberales del mundo mundial. Es más, conozco a unos cuantos parados a los que si se les paga bien serían capaces de decir las mismas sandeces e incluso defender a la vez a Fidel Castro y a José María Aznar e incluso, intuyo que siempre que la remuneración fuera jugosa, no tendrían ningún problema en autodenominarse comité de sabios, de babosas o de capullos integrales.
Puestos a elegir quien nos representa yo, sin dudarlo un momento, elegiría a los economistas de ATTAC, personas que defienden que la economía debe estar al servicio del hombre y no al revés.
Un saludo.

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