jueves, 3 de marzo de 2011

SABIOS MENTECATOS, MENTIROSOS Y CIUDADANOS

Hace un par de días el Secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, se despachó con unas declaraciones bastante peculiares, que venían a decir algo como lo que sigue: si ahorráramos un 2% menos, el PIB de España subiría en un punto. Si echamos la vista atrás, pongamos hace unos tres  o cuatro años, uno de los mayores problemas de este país era que los españoles no ahorrábamos un chavo.
Otros prebostes del mundo económico han lanzado durante años mensajes como ese que afirma que la gente quiere un trabajo para toda la vida y eso no es posible, o aquel otro que reza que no se pueden subir los sueldos de los trabajadores por encima del PIB, porque ésto generaría inflación y éso es malo malísimo (aunque parece que la ausencia de inflación o una muy baja tampoco es buena, vamos que nada es bueno). Tampoco es desdeñable aquél otro mensaje que afirma que se debe pagar, aunque sea simbólicamente, por acudir al médico, para que sepa la gente lo que cuesta (lo de la factura por usar un hospital tampoco está nada mal como estupidez). Aunque, lo reconozco, uno de los que más me gustan es el alegato que dice que no se pueden subir los impuestos de los más ricos porque sacarían el dinero del país (manda cojones que te digan a la cara o hacéis lo que queremos o nos piramos a un paraíso fiscal, defraudamos al fisco, cosa que, por otra parte, ya hacen muchos).
Podría poner centenares de ejemplos más, pero creo que no es necesario para exponer la idea sobre la que girará toda la entrada. 
De una u otra forma todos estos mensajes lanzan un único mensaje: los ciudadanos no poseemos la madurez necesaria para tomar decisiones y cuando lo hacemos, mejor dicho cuando pretendemos hacerlo, nos equivocamos siempre. 
A primera vista, esta forma de actuar por parte de gobernantes, medios de comunicación y potentados varios parece un intento para distraer la atención sobre los verdaderos responsables de los problemas, ellos mismos.
El hecho de responsabilizar al personal, a veces intentando infantilizar las opiniones del ciudadano, de los problemas evita, o intenta evitar, que los ciudadanos reflexionen sobre los verdaderos causantes de los problemas. Si el tal Campa lanza el mensaje sobre el ahorro de los españoles lo que intenta es, ni más ni menos, que corresponsabilizarnos a nosotros de la crisis, o de parte de ella. Muy astuto el colega, especialmente cuando al día siguiente se han hecho públicas las desastrosas listas del paro de febrero. 
Sin embargo, este bloguero piensa que la cosa va algo más allá de lo expuesto con anterioridad. El término infantilizar no ha aparecido por casualidad en el párrafo anterior, más bien se trata de describir una realidad. Una realidad en la que los personajes que intentan dirigir este mundo, no sólo los políticos, desprecian la opinión del ciudadano, optando en muchos casos por ridiculizar la opinión de los mismos, pues ellos son los que conocen al dedillo lo que nos conviene (una reedición del Despotismo Ilustrado, llevado a cabo por ignorantes y avarientos), o al menos eso es lo que nos intentan transmitir, su sabiduría ante cualquier asunto. Lo de la sabiduría autoconferida es fundamental, pues de esta manera pueden justificar todo, incluso sus errores garrafales, frente a una masa de ciudadanos, pretendidamente, incultos y aborregados, que sirven para poco más que trabajar y consumir.
Pero, ¿es esta sabiduría tal sabiduría? Veamos algunos ejemplos.
Rodrigo Rato, el señor de las burbujas, un tío, según los entendidos???, que sabe un huevo de economía. La realidad demuestra que todo lo que ha tocado en los últimos años: España, el FMI,  ha volado por los aires, al menos desde el punto de vista económico, por la facilidad que las políticas de este señor tienen para crear o fomentar burbujas y estafas piramidales, esquemas Ponzi, que es lo que ha sido la crisis financiera.
Alan Greenspan, el antiguo presidente de la Reserva Federal. Alabado hasta el hastío por los economistas gracias a su gran gestión, esa misma que cimentó las bases para esta crisis tan maja que llevamos arrastrando durante más de tres años. Por lo menos este fulano reconoció que se había comportado como un botarate durante los años que gestionó la Reserva Federal, lo cual no le libera de sus responsabilidades.
Estos dos ejemplos son más que suficientes,  aunque podíamos aportar infinidad de ellos, por ejemplo, la genialidad que se marcó el BCE subiendo los tipos de interés, cuando la crisis ya campaba a sus anchas en Europa, ¿verdad, señor Trichet?,  para continuar con la entrada de hoy, aportando al lector una referencia clara sobre la "sabiduría" de los que nos gobiernan o pretenden hacerlo.
Estos pollos, al menos han sido nombrados, de una u otra forma, por nuestros representantes políticos (lo cual tampoco les legitima en exceso, pues sus errores los hemos pagado, y seguimos pagando, todos), pero ¿qué me dicen de todos esos fulanos que, nadie sabe porqué, interpretan la realidad como si del Oráculo de Delfos se tratara y que trabajan para la empresa privada?
Es evidente que están en su derecho de manifestarse como les venga en gana, o como decida su empresa, nunca lo sabremos exactamente, pero ¿por qué han de escuchar los gobiernos a estos charlatanes? ¿Quién ha verificado que representan la verdad verdadera? Nadie. Como mucho sus empresas, lo que, personalmente, me la trae floja, pues, como he dicho, puede que se trate,  casi con total seguridad, pues lo que hace es vender, publicitar la fiabilidad de su empresa, de simples voceros de su amo, que, evidentemente, mira por sus intereses y no por el de los ciudadanos.
Entonces, si estos fulanos, que tanto saben según ellos, no son precisamente Leonardo da Vinci, ¿por qué se les da tanta importancia y por qué se desprestigia la opinión del ciudadano? Evidentemente por una cuestión de principios. Si él que detenta el poder, especialmente el económico, impone sus principios (aunque sean perjudiciales para la mayoría) seguirá en el poder. El hecho de rodearse de pretendidos expertos en diferentes temas, que, curiosamente, piensan lo que más conviene al que detenta el poder, lo que persigue es justificar la existencia de  las condiciones que permiten que las cosas no cambien en exceso, y si lo hacen es para mejorar las condiciones de los que más dinero acaparan. Si para ello deben deslegitimar a los ciudadanos en sus reivindicaciones (algunas tan justas como poder comer todos los días o tener un trabajo), no dudarán en hacerlo, para eso son ellos los expertos.
Un ejemplo chusco de lo que expongo ocurrió hace unos años con el asunto del calentamiento global. Las petroleras "obsequiaban" con un premio a aquella persona o entidad que demostrara que tal hecho no es real. ¿Qué buscaban con esta patochada? Intoxicar y, por supuesto, seguir haciendo negocio, limpiando su imagen ante los ciudadanos.
Pero el asunto no es moco de pavo. Si estos carajas de las grandes petroleras intentaban vender su moto, enfrentándose a la comunidad científica, que no harán personajes de similar calada ante ciudadanos que no cuentan con argumentos tan contundentes como los citados científicos. Pues harán lo que hacen, tratarnos como imbéciles para campar a sus anchas.
Sin embargo, este asunto tiene otro perfil, aún más macabro. Los gobiernos al plegarse a los dictados de estos "sabios", especialmente aquellos que no proceden de partidos liberales, al menos en lo económico, están vaciando la democracia de contenido. Todas las actuaciones de los dirigentes políticos se ven mediatizadas por lo "políticamente correcto en economía", aunque en los programas electorales de los partidos políticos no figure una política económica que siga tal ortodoxia. Un ejemplo lo encontramos en la reforma laboral que hemos sufrido hace unos meses en este país. Nos la vendieron como la panacea contra el paro, menos el Ministro de Trabajo, al que se le escapó que este tipo de reformas no crean empleo, sin embargo el desempleo sigue subiendo en España como la espuma. ¿Ha servido para solucionar el problema dicha medida? Rotundamente, no. ¿Dicha medida estaba en el programa electoral del PSOE? De nuevo la contestación es, no. ¿A quién favorece realmente? La respuesta parece clara, pero cada cual que saque sus conclusiones. ¿Este tipo de toma de decisiones políticas, que se hacen porque sí,  beneficiando a unos pocos, favorecen que los partidos políticos sean los cauces de representación democrática de los ciudadanos, como dice la Constitución? Nuevamente, no.
A modo de conclusión, no sólo nos están robando miserablemente, también nos están sirlando lo poco que quedaba de democracia en nuestros sistemas políticos.
Aquí dejo un vídeo de un grupo, Muse, que me parece bastante bueno, con letras bastante reivindicativas. La canción está subtitulada.




Un saludo.


1 comentario:

Octavio a Disgusto dijo...

Y ahora resulta que:
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PRIMERO.Quieren reducir la velocidad máxima argumentando que tenemos que ahorrar en la factura de petróleo.
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Eso es falso, los que pagamos la gasolina somos los consumidores finales, y si desagregamos el precio veremos que el mayor porcentaje son los impuestos.
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Quizás quieren recaudar más por multas.
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Y de manera secundaria dicen que ayudará a reducir la siniestralidad (Puede ser, ya veremos).
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SEGUNDO. Hace uno o dos años se avanzó la idea de que se iba a obligar a circular de dia con la luz de cruce, en todas las vías interurbanas. Me parece una buena medida. Iba a servir para reducir la siniestralidad.
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Pero en estas llegan el ministro bombillas (lease el Sr. Sebastian)y el ministro Pepiño y nos dicen que lo mismo hay que reducir la iluminación en lagunas carreteras , para ahorrar. Con lo que aumentarán los accidentes.
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Yo es que debo ser tonto, porque no me entero.
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O a lo mejor es que ellos son gilipollas.
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No sé.