miércoles, 23 de febrero de 2011

EDUCACIÓN, ¿QUÉ ES LO QUE ES?

Leo con satisfacción que la gente se subleva ante los recortes presupuestarios en educación. Parece una actitud lógica y de todo punto plausible. Sin embargo, no puedo compartir totalmente alguna de las reflexiones adjuntas a la indignación por la bajada en la inversión económica en este apartado.
Una de las quejas más repetidas es que un país con una educación deficiente es un país condenado al fracaso. Cierto, pero también se olvidan de un aspecto importantísimo: por mucho dinero que se invierta si la única finalidad de la educación es formar operarios cualificados se está condenando a los ciudadanos de ese país a una ignorancia igualmente peligrosa y malintencionada. Tan importante como invertir en educación es formar ciudadanos. 
A uno, que ya lleva unos cuantos años en esto de la educación, le parece que el sistema educativo, tal como está concebido, tiene un único objetivo: formar personas sumisas, que sean útiles al sistema establecido, al resto se las va arrojando por la borda a la primera ocasión, también se necesita mano de obra no cualificada en el sistema productivo, por mucho que nos estén bombardeando con lo de la cualificación del trabajador. 
¿Invertir mucho dinero en este sistema es productivo? Para el empresario que demanda mano de obra cualificada tal vez sí, para la salud de un sistema democrático, contundentemente, no.
Una vez más, como en muchas otras cuestiones, parece imprescindible tener claro de que hablamos. Parece imprescindible saber qué es la educación y qué tipo de persona queremos formar mediante esa educación formal. Como bien dice mucha gente, en este tema va parte de nuestro futuro, él de nuestros hijos más probablemente, pero el futuro de nuestros hijos es algo más que trabajar y tener la preparación necesaria para hacerlo, añado yo. 
Dinero para educación, sí, todo el que haga falta, pero también es importante saber para qué.
Por otra parte, el tema del dinero para la educación oculta otra verdad. Por mucho dinero que cobren los docentes y se dedique a la educación, cuestión a la que no me opongo, sobre todo a la de cobrar más, la mentalidad de una parte significativa de estos docentes no va a variar ni un ápice y no olvidemos que los protagonistas de cualquier cambio van a ser ellos, los profesionales de la educación, o nosotros, que yo también lo soy. Sin embargo, para nuestra desgracia, una parte significativa de estos profesionales premian la mediocridad. Uno tiene la impresión de que en primero de carrera estudiaron la campana de Gauss y desde entonces se ha convertido en su herramienta principal de trabajo, dando preeminencia a todos aquellos alumnos que tienen acomodo en la parte gorda y consistente de la curva, obviando las necesidades de todos aquéllos que se encuentran, por lo que sea, en los bordes delgados y complejos de dicha curva estadística. Para ello las etiquetas, adjetivos calificativos manidos y nuevos términos científicos, que a los únicos que favorecen son a una serie de especialistas desalmados y a las farmacéuticas, vienen que ni al pelo. El famoso este niño es...., esta niña es.... sirve para tapar carencias formativas, desgana del docente y otro sinfín de hechos similares. Lo curioso es que tras el diagnóstico, en ocasiones tan fiable como una escopeta de feria, no se hace nada, o al menos nada útil para el alumno. 
¿Se imagina el lector qué tras ir al médico, éste haga un diagnóstico a la buena de Dios y que encima alardee con sus colegas de tener un paciente con una enfermedad divina de la muerte? ¿Se imagina el lector qué tras este diagnóstico se niegue a tratarles por considerar que el diagnóstico, real o no, es chungo que te cagas? ¿Qué diferencia hay entre el doctor y el docente? Que cada uno conteste lo que desee, pero ayudaría mucho que antes de dar una respuesta, recapacitaran sobre las consecuencias para el doctor si el paciente muere y las consecuencias para el docente si el alumno fracasa en el sistema educativo.
Los dos asuntos tratados anteriormente, más otras cuestiones como por ejemplo el dinero despilfarrado por las administraciones dotando de maravillosas herramientas digitales de última tecnología en cantidades industriales (cosa que veo necesaria, pero en su justa medida) a los alumnos, que en un porcentaje significativo llegan a secundaria sin comprender un texto de tamaño mediano (¡por favor, empecemos la casa por los cimientos!), son motivos suficientes para plantearnos la educación desde posiciones más amplias, que contribuyan a alejarnos de tópicos, centrándonos en lo sustancial. 
Tal vez si despojamos a la palabra educación de ese revestimiento casi mágico que tiene para algunos y la llenamos de contenidos como derecho, calidad en el proceso enseñanza-aprendizaje, formación de personas y ciudadanos, formación amplia del docente... habremos dado un paso significativo, conociendo lo que podemos y debemos exigir a las autoridades y a los docentes.
Un saludo.
P.D.: Este artículo va dedicado a mi hijo y a mi pareja. Ellos saben porqué.

8 comentarios:

sara.r.s dijo...

Muchas gracias papá...tienes toda la razón.
Estoy harta de encasillamientos y de etiquetas. Punto.

Unknown dijo...

Amí tampoco me gustan las etiquetas.Casi siempre hay que cortarlas porque hacen daño, y casualmente,es la parte de la prenda que mejor cosida queda...parece ser que quien las pone se emplea a fondo.BS

sara.r.s dijo...

Fecanelo, me encanta el símil que has utilizado. Muy sutil y cierto...

josé luis dijo...

Educar es fundamental en la socialización del individuo, por eso esta tan politizada. Que existan centros privados concertados, en su mayoría religiosos, para las clases medias y que se oponen sistemáticamente a una educación para la ciudadania, es la manera que tiene esta sociedad de mantener esa ideología "nacional-católica" que impide esa necesaria educación para la democracia. Lo que me produce tristeza y rabia es que la pagamos entr todos.

Pablo dijo...

Interesante el atículo, profesional docente. También los comentarios. Pablo

«Con la escritura es como si te desnudaran; puede saberse todo ...
27 Feb 2011 ... Ramón Mandado González Logopeda experto en problemas de aprendizaje. La Asociación para los Problemas de Aprendizaje y de Salud (APyS) lleva ...
www.elcomerciodigital.com › Noticias Asturias ›

www.apys.es
www.saludyaprendizaje.com
Pablo Redondo.
Colaborador.

Pablo dijo...

Pertenece a la asociación APyS, dedicada a resolver problemas de aprendizaje y salud
Ramón Mandado González Logopeda experto en problemas de aprendizaje
La Asociación para los Problemas de Aprendizaje y de Salud (APyS) lleva en marcha desde 2006 y persigue cuidar la salud emocional y física a través de los últimos avances en el conocimiento de aprendizaje del cerebro. Ayer, el colectivo impartió en la Casa de Cultura de Nava un taller en el que participó Ramón Mandado, logopeda experto en problemas de aprendizaje, quien asegura que los niños que son tratados por estos trastornos, en realidad no presentan un déficit de atención, sino que necesitan aprender de otra forma, a través de las imágenes.
-¿Qué problemas del aprendizaje son más comunes en la actualidad?
-Pueden diferenciarse entre sanitarios y educativos, aunque por lo general van siempre relacionados. Ente los primeros se encuentra la ansiedad, el estrés, los miedos, problemas en la piel, alteraciones del sueño, problemas en la alimentación, agresividad, falta de autoestima, dolores de cabeza, de estómago o problemas en la vista. Y a nivel educativo suelen desarrollarse dificultades para la lectura, la escritura, el cálculo, la comprensión, la retención y la atención.
-¿Cómo funciona el taller?
-Enseñamos las técnicas que si se llevan a cabo mensualmente, pueden dar solución a muchos de esos problemas de aprendizaje. El taller dura dos horas y media, agrupamos a los participantes según lo que demandan y se van a casa con tarea, con técnicas sobre las formas en las que aprende el cerebro. Lo ideal sería hacerlo mensualmente.

Pablo dijo...

( CONTINUACIÓN DEL ANTERIOR )
-¿Hay mucha diferencia entre el aprendizaje de una persona y otra?
-El cerebro humano tiene dos formas de aprender muy diferentes. Por una parte, dos de cada tres individuos cuentan con un cerebro que procesa la información de una manera más lingüística, más con el hemisferio izquierdo. Y por otra, un tercio de la población tiene un cerebro más imaginativo, que necesita procesar la información con imágenes. Por eso, cuando estos niños llegan al colegio es más fácil que pierdan la atención porque todo está orientado a la abstracción; pero no padecen un trastorno, simplemente tienen otra forma de aprender, tienen mucha habilidad para ver más allá de lo que ves de frente, lo ven desde otras perspectivas.
-¿El sistema educativo presta la atención adecuada a estos niños?
-Hay que intentar que los avances entren en el sistema y se universalicen, que todos los profesores sepan ofrecer una didáctica multisensorial porque a un niño con problemas de aprendizaje se le acusa de inmaduro, inatento o de poco inteligente. Pero que un niño no atienda en según qué circunstancias, no significa que tenga un trastorno de atención; simplemente necesita una explicación con más imágenes y más conceptos reales. Por eso, un alto porcentaje de casos detectados son falsos; el hiperactivo de verdad tiene dificultad para controlar sus impulsos siempre.
-¿Hay alguno de estos trastornos que sea más difícil de abordar o cuyo diagnóstico sea más complejo de detectar?
-Con la escritura es como si te desnudaran. Existen doce trazos que permiten saberlo todo de una persona. Si tiene estrés, ansiedad, se ven todas las dificultades a nivel emocional. Lo primero que hago en los talleres es pedirles que escriban su nombre, sus apellidos, su edad, y qué quieren de mí, así reflejan sus emociones y pueden interpretarse. El siguiente ejercicio es redactar un texto complejo, que carece un poco de sentido, que nosotros mismos les dictamos y a través de él se pueden ver las emociones que subyacen en ellos, porque al no ser algo de cosecha propia no se implican de la misma forma.
( Continuará )

Pablo dijo...

( FINAL DE LA ENTREVISTA )

-¿Hay registrados muchos niños que sufran trastornos por déficit de atención o hiperactividad?
-Todos podemos tener dificultad para atender a según qué materia. Es muy difícil que a alguien se le dé bien todo, por lo general unos son mejores arreglando cosas y otros pintando, por ejemplo. Y es normal que unos niños sean más inquietos que otros, sin embargo eso no significa que tengan un problema. Para detectar un trastorno por déficit de atención (TAD) tiene que presentarse en todos los aspectos de la vida. No sirve con que el niño no atienda cuando tiene que hacer sus deberes y sí a una película de hora y media.
-¿Ha cambiado algo la perspectiva de estos trastornos a lo largo de los últimos años?
-Sí, se han introducido numerosos avances de la neurología que han servido para entrecomillar los tratamientos que se venían llevando a cabo. Además, antes se pensaba que la información se procesaba de forma verbal, pero ahora la teoría de los dos cerebros ha cobrado importancia.

( Para más información, ver en Google: Ramón Mandado González ) ( VEINTE AÑOS DE EXPERIENCIA ) .