domingo, 20 de febrero de 2011

MI BLOG Y YO

Como anticipé, el contenido de esta entrada irá dedicado a este blog y a su autor, yo mismo.
Toda esta historia de los blogs comenzó a raiz de una enfermedad que me mantuvo atado a mi casa durante casi un año. En esos momentos de incertidumbre sentí la necesidad de hacer algo útil, explorando nuevas posibilidades y, de paso, comunicarme con las personas, con todas o parte de ellas, que suponen algo para mi.
Así apareció mi primera bitácora estable, mi anterior blog. Debo reconocer que este blog lo había creado hacía tiempo, pero que hasta hace unos cuatro meses no lo había utilizado. 
Volvamos al primer blog estable. En un principio, con mucho tiempo libre en mi vida y unas dolencias sin diagnóstico claro, los escritos que plasmé en mi diario digital eran de corte intimista, donde los sentimientos, impresiones, miedos encubiertos y anhelos formaban el armazón de lo escrito. Sin embargo, de manera imperceptible, otras cuestiones y preocupaciones se fueron abriendo paso en mis escritos. La actualidad, la crisis, una concepción de la sociedad en la que el ser humano cuenta bien poco me impelieron a mostrar mi postura ante esas y otras cuestiones que nos afectan a todos.
Poco a poco el blog fue perdiendo su carácter intimista y se convirtió en una reflexión sobre aspectos de lo que llamamos actualidad o, al menos, aspectos que para mi eran actuales. De hecho recuerdo que por esas fechas un amigo me decía que la bitácora estaba bastante bien, excepto cuando hablaba de economía, que no  había bicho viviente al que le pudieran parecer divertido esos párrafos dedicados a tal tema.
En aquellos momentos las personas que leían esta bitácora eran los amigos y poco más. Generalmente no había comentarios a lo escrito, recuerdo que el primero, que tardó bastante tiempo en llegar me hizo mucha ilusión y tampoco me importaba mucho.
El número de lectores, ocasionales o asiduos, se fue incrementando y en ese momento la concepción inicial sufríó un cambio, sentía que el blog ya no era mío del todo. Al ser leído por personas a las que no conocía se había diluido, no sé explicarlo mejor, ese aire intimista que caracterizaba los primeros meses de mi nueva ocupación. Pareciera como si ya no fuera una criatura mía exclusivamente, como si me debiera al lector, no a mis ideas o principios. Esta sensación sigue apareciendo de vez en cuando, pero, en cierta forma, ya he aprendido a convivir con ella y a manejarla en mi beneficio. 
Fue en esta época donde apareció el primer comentario crítico, eso sí bastante respetuoso, a uno de mis artículos. Reconozco que me turbó sobremanera y que estuve preparando la contestación durante unos días, mediante otro artículo, a tan magno acontecimiento. Ahora lo recuerdo con cariño y considero que me equivoqué al darlo importancia, para eso escribo, para confrontar ideas, defender las mías y aprender de los demás. Pero, obviamente, de todo hay que aprender y a veces no lo hacemos de manera inmediata. Es más, hace unos días recibí un comentario donde se me invitaba a meterme el blog por el culo, tras llamarme facha. Realmente esa apreciación me hizo muy feliz y, como he comentado a varias personas, considero que las líneas diarias, que con mayor o mejor o tino presento en Internet, tienen como objetivo llegar a distintas personas y el hecho de que alguien me ponga a caer de un burro, de manera furibunda, significa que la gente me lee, aunque sea para acordarse de mis muertos. En el fondo, si tuviera una mentalidad como la de Tele 5, podría considerar que he conseguido mi objetivo, que me lean aunque sea para ciscarse en mis ancestros.
Pero volvamos a los meses de mayo, junio del año pasado. 
Por aquellas fechas el número de personas que ojeaban mis desvarios seguía aumentado y parecía que todo iba viento en popa. Comentarios de asiduos se sucedían y las ideas seguían fluyendo. Fue en aquellos meses primaverales donde empecé a considerar una obligación escribir diariamente, aunque ya lo hacía anteriormente. Pareciera que tuviera una misión cuasi divina. Todo ello generó un hartazgo en mi, una falta de ilusión hacia la actividad bloguera. 
Afortunadamente llegaron las vacaciones y con ellas un cierre temporal del blog. Reconozco que fue un salvavidas. Las tres semanas de descanso sirvieron para replantear todo y adquirir nuevos bríos. Incluso fue durante esa época donde concebí la idea de cambiar el blog, buscando uno que me permitiera añadir la imagen y el sonido a mis comentarios. 
En octubre se produjo ese cambio y apareció lo que podéis leer a día de hoy. Considero que el cambio ha sido positivo en todos los sentidos. Me ha permitido jugar con aspectos impensables en la otra bitácora, consiguiendo dos objetivos: experimentar, lo que ha llevado a que me lo pase mejor perpetrando estas páginas, y facilitar el seguimiento a los lectores. Alternar imágenes y palabra facilita el seguimiento cotidiano.
Hasta aquí el resumen cronológico de mi aventura bloguera, pero queda algún aspecto que me gustaría explicar, aunque sea mínimamente.
Escribir diariamente supone un gran esfuerzo para mi, no tanto por la falta de ideas, que a veces también, como por el tiempo dedicado a ello. Como el lector sabe soy docente y como seguramente habrá observado las entradas las suelo colgar antes de las ocho de la mañana, sobre todo los días de diario. Ese trabajo, no remunerado, y anterior a mi ocupación real en el mundo laboral, conlleva madrugar y bastante cansancio acumulado durante la semana. No estoy pidiendo con ésto que se me considere un mártir, lo hago porque me da la gana, pero también quiero transmitir algo que, evidentemente, no aparece en las líneas que bajo el epígrafe "Todo sigue igual" se pueden leer todos los días.
Por otra parte, me gustaría reconocer que hay ciertos temas, sobre los que vuelvo o que pudieran parecer deslabazados, deshilachados, tal vez lo sean, y que no consigo pillarles el punto. Esos temas suelen ser los referidos a la consideración del ser humano, en contraposición con la imposición de un mundo altamente tecnificado (del que no reniego). Aún no he sido capaz de transmitir el mensaje de manera correcta a este respecto, pero seguiré intentándolo. Amenazo con un próximo artículo sobre educación, que tendrá como esencia dicha dicotomìa: ser humano/teconología.
Alguna cosita más. Me encantan los juegos de palabras, por lo que disfruto muchísimo haciendo secciones como el Idiotario, las noticias breves o los juegos de palabras con imágenes por medio. De hecho, no siempre es así, cuando no estoy muy inspirado recurro a ello. Acabo de descubrir un secretillo.
Para concluir, me gustaría escribir tal vez lo más serio de la entrada. Mantener este blog supone una especie de relación sentimental, en el que los momentos de amor y odio se suceden y se intercalan con otros de perfecta normalidad. Es en esos momentos de virulencia, que generalmente coinciden con estados anímicos determinados, cuando se producen los giros en las temáticas y aparece la necesidad de hablar sobre aspectos  más cercanos, menos metafísicos y trascendentes. Otro secretillo, tal vez él que en el fondo haya inspirado toda esta entrada. 
Un saludo.
P.D.: Una vez más, disculpas por las faltas ortográficas y por los errores gramaticales, pero, como ya he dicho en otras ocasiones, escribo a toda leche y no suelo tener tiempo para corregir lo escrito. Es lo que tiene no ser millonario o no vivir de este blog.

2 comentarios:

McVilla dijo...

Hola, soy una blogger más que antes también me dediqué a la enseñanza pero más tarde me dedici por lo que era una artista visual.
Por suerte, también me gusta escribir, amén de otroas cosas, como escultura y joyería de autor, enfin que siempre estoy liada. Como tú suelo escribir a las 6 de la mañana durante dos o tres horas. Luego paso a los otros "oficios".
Mi blog también es una lugar de reflexión, pero de menor peso que el tuyo.
Tu escrribes muy sensatamente y haces que el lector se sienta cómodo sea el tema que sea, más o menos profundo da igual, tienes calidad.
html.Karmevilla@blogspot.com

PACO dijo...

Aunque desde hace unos días me he propuesto no contestar a los comentarios, preferiría que la gente entablara conversaciones entre ellos a través de los comentario, me veo en la necesidad de agradecerte tu comentario y de decirte que admiro el paso que diste en tu vida y que te llevó a realizarte aún más. Mi más sincera enhorabuena.
Cuando tenga un poco de tiempo entraré en tu blog. Digo lo del tiempo, porque cuando visito una bitácora me gusta leer más de una entrada para valorar lo que ese blog puede aportarme y aportar a los lectores del mío, si decido incluirlo entre mis favoritos, aunque intuyo que en breve figurará en la parte derecha de mi blog.
Una vez más, gracias. Sinceramente, has conseguido que se dibuje una sonrisa en mi rostro.
Un saludo.