miércoles, 5 de enero de 2011

LIEBRE PIJÍN (PERSONAJES IBÉRICOS XII)

No es nuestra protagonista
mujer del corazón ni de revista.
Más bien se trata de persona de ideas avanzadas
que día a día intenta sean plasmadas
 a través de sus cargos de responsabilidad
que ejerce con especial sensibilidad.
Considerada persona del aparato
de estas cuestiones sabe un rato.
Su vida laboral es un ejemplo de dedicación
su joven vida, digna de admiración,
dedicada a la pública gestión,
no se la ha conocido otra ocupación.
Pero en ella debe ser algo genético,
su familia, como un don ético,
también se dedica a administrar al personal
políticos de talla, casi casi internacional,
con la vista puesta en como sea gobernar
la cosa pública a toda costa deben administrar.
Vilipendiada por primeros ediles,
no la importa, triunfa en los madriles.
Su sabiduría e inteligencia la han hecho brillar
donde muchos suelen naufragar.
Empezó como azote de la oposición
al lado de su líder, ¡qué subidón!
Se hizo un hueco comparando el progresismo
¡qué bendición! con el marianismo.
¡Qué gran labor de erudición!
Enseñarnos a todos esta lección.
Proclamó a los cuatro vientos,
estén todos atentos,
la venida de un nuevo Mesías,
el presidente de nuestro días.
Lo veía en las diversas conjunciones astrales,
él es el líder que ha de acabar con nuestros males.
Pero las cosas se torcieron,
las lista del paro sin cesar crecieron.
Ella, las filas prietas,
no vio en su fidelidad grietas
y fue recompensada con generosidad:
un ministerio, el de Sanidad,
le tocó en suerte,
la cartera le queda divina de la muerte.
Acogió a la Aído,
juntas las dos en su nuevo nido
y no tardó nuestra protagonista
en darnos de su inteligencia una pista:
quitar la tutela a padres denunciados
no haciendo falta que sean juzgados.
¡Qué habilidad! ¡Qué ilusión!
Ella sóla es capaz de reformar la Constitución.
Vuelve a deslumbrarnos con su oratoria:
denuncien a los fumadores, qué no tengan escapatoria.
La gente se siente atraída por su verbo fácil,
por su inteligencia grácil.
Todo el mundo quiere a esta ministra,
¡qué mujer más progresista!
También la quieren ultramontanos y envidiosos
en una jaula de hambrientos osos,
pero sólo son unos pocos,
envidiosos del glamour que bajo los focos
nuestra miembra destila
que parece una estrella que de noche tilila.
Y aquí acaba nuestra coplilla,
que describe a esta mujer maravilla,
que acaba de estrenar sillón ministerial
y un nuevo coche oficial.



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