martes, 16 de noviembre de 2010

ALIANZA DE QUÉ

A veces la vergüenza se adueña de uno debido a la desvergüenza de otros. 
Hoy, debido al azar, me he despertado escuchando una de las más mejores canciones escritas e interpretadas en español de todos los tiempos, ni más ni menos que Abre la puerta de los geniales Triana. Realmente, la música y la voz del difunto Jesús de la Rosa son el mejor despertador posible que se puede encontrar. Pero, una vez más, la alegría en casa del pobre dura poco; las noticias sobre la violenta represión ejercida por el gobierno marroquí contra los saharauis diluyen los ecos de la maravillosa composición musical de los años 70, traformando el optimismo en rabia y frustración.
Como escribi en mi anterior blog, del sátrapa marroquí poco o nada se puede esperar. La organización policial del país vecino es un hecho y la represión está a la orden del día (quizá algún día cuente como funciona dicho mecanismo, o al menos como me contaron  algunos ciudadanos marroquíes que funciona  el sistema represor estatal ).
Soy realista y consciente de que no se le puede pedir peras al olmo, por lo que sintiendo mucho lo que pasa, pienso que aunque el culpable principal es el gobierno marroquí, éste debe contar con la complicidad necesaria de otros gobiernos y entre estos gobiernos se encuentra el nuestro, el español, dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero.
Una de las presuntas señas de identidad del leonés es su respeto hacia las diferencias y el respeto de los derechos humanos. Una falacia como otra cualquiera. Lo ha demostrado mil y una veces. El actual habitante de la Moncloa, hombre de verbo reposado e insustancial, no ha tenido empacho en crear una Alianza de Civilizaciones??? invocando el diálogo, el entendimiento y, casi casi, el amor fraternal entre los seres humanos. Obviamente, al colega se le olvidó explicar que ese amor fraternal sólo era posible entre los colegas de pasteleo. Sin embargo, cuando los malos malotes, esos que no son chachi pirulis y que no entienden el bello gesto de Zapatero, están forrados o cuando no nos interesa tocarles mucho las narices por interese varios, hacen lo que les da la gana, esos malos malotes no lo son tantos y debemos esperar a ver lo que ocurre al final. Es el caso de China, el país con mayor número de condenas a muerte ejecutadas anualmente o el de Marruecos.
Con estos países no existe ni Alianza de Civilizaciones ni Dios que la fundó. Sólo queda tragar y seguir haciendo negocios.
Pero es más lamentable, si cabe, el papel que el PSOE desempeña en el caso saharaui. Curiosamente, cuando el partido en el poder en España en estos momentos, está en la oposición no duda en acercarse a las posiciones de los habitantes de la ex-colonia española. Como ejemplo podemos  citar la foto que circula por Internet de Trinidad Jiménez de 2004 con una pegatina apoyando a los saharauis. Lamentablemente, cuando arriba al poder una especie de amnesia selectiva entierra el problema de estas personas en el más recóndito agujero de la memoria. Por eso no debe sorprendernos, que sí indignarnos, la postura oficial de los del puño y la rosa respecto al asunto. 
Cada cual está atrapado por sus actos, que le definen y le marcan para los restos, y estos tipos que nos gobiernan han quedado ampliamente retratados en este asunto. La labia sólo sirve en los momentos de tranquilidad y de bienestar, pero cuando las cañas tornan lanzas se necesita algo más que anestésicos verbales y éstos tipos no tienen más que eso, verborrea hueca y tramposa.
Desde aquí vaya mi repulsa a la actitud del gobierno español, atrapado por su miseria moral, que está permitiendo una masacre real y moral por parte de un gobierno "amigo" hacia unos ciudadanos a los que, tal vez, debamos algo. Pero aún sin deberlos algo, no dejan de ser personas a las que se está conculcando sus derechos fundamentales. Si esto es la Alianza de Civilizaciones, gracias, pero no.
En el fondo los actos de estos arribistas han dejado a las claras quienes son: los hijos morales del capital y del oportunismo político. Los hijos de la palabra hueca y de la inacción. Los hijos de la adulación y del disparate.
Un saludo.

1 comentario:

isabel lagar dijo...

Esta mañana me he quedado atónita al escuchar al ministro Rubalcaba justificar su inacción en todo este desastre del Sáhara. Según él, hasta que no ha venido el ministro marroquí a contarle lo que estaba pasando en el Sáhara, no ha tenido pruebas contundentes de los hechos. Lo que tenía hasta ahora eran simples comentarios pero ninguna prueba. Ahora lo tiene claro. En el Sáhara hay un montón de revolucionarios y los periodistas españoles son una panda de mentirosos y de irresponsables que sólo quieren vender periódicos. ¡Qué fuerte, señor Rubalcaba! ¿Y usted se va a dormir hoy a gusto? Con lo que ha luchado usted para que los batasuneros condenaran las fechorías de eta, que se ha quedado usted calvo de tanto pensar. Y ahora resulta que los genocidios llevados a cabo por nuestros amiguetes no se pueden condenar porque hay que ser prudentes. ¿Le ha valido la pena a usted perder tanto pelo cuando ahora es usted un hipócrita que no sabe condenar la evidencia que le cuentan incluso los suyos? Ha perdido usted todo mi respeto, y era mucho. Se ha convertido usted en un hipócrita más sin escrúpulos. Poco a poco van cayendo mis mitos políticos. ¡Qué lástima! Me quedo con una gran desesperanza política.