sábado, 20 de noviembre de 2010

UNA RECTIFICACIÓN Y UNA LLAMADA DE ATENCIÓN

Lo primero es rectificar y dar las gracias al lector que, con su comentario, me ha recordado que Cortés fue el que acabó con el imperio de los aztecas. Mil disculpas por confudir a Cortés con el trujillano Pizarro, intentaré que no vuelva a ocurrir, aunque sé que el hecho de no revisar lo escrito,  generalmente por problemas de tiempo, me llevará a cometer crasos errores como el de ayer o como los que cometo gramaticalmente en muchas ocasiones.
En la entrada que nos ocupa me gustaría hacer referncia al tema de Haití.
Hace tiempo dediqué, en mi antiguo blog, unas reflexiones a la situación de ese país caribeño, si mal no recuerdo el segundo país en proclamarse independiente en el continente americano tras EE.UU. (me resulta curioso como unos países prosperaron y otros no tras su independencia, independientemente del tiempo que haya transcurrido de la misma; tal vez algún día me atreva a abordar tal tema, pero necesitaré tiempo y algo más de documentación).
No es el momento de recordar lo que allí se escribió, pues lo acuciante es lo que ocurre en el día de hoy: la miseria, la epidemia de cólera, la ayuda prometida que en muchos casos se quedó en eso, prometida...
Es posible que alguien pueda echar en falta en esta lista las revueltas contra los cascos azules de la O.N.U. Si  este aspecto no figura en la enumeración del párrafo anterior es debido a que este problema no es el mayor problema de ese país, simplemente es una consecucia lógica de la situación de los habitantes de esa nación, aunque para muchos medios de comunicación sea la noticia principal que ese país aporta a sus estúpidos programas o períodicos.
Sería absurdo pretender que la reconstrución casi completa de un país se pudiera realizar en meses o incluso en un año, es materialmente imposible. Sin embargo, es igualmente absurdo pretender hacernos ver que en ese tiempo no es posible mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los ciudadanos de ese país, al menos en lo referido en aspectos básicos como agua, comida, medicinas...
La epidemia de cólera, enfermedad para la que existe vacuna y cuyo tratamiento requiere básicamente sueros que permitan la hidratación del paciente combinados, si es menester, con antibióticos, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Este hecho ha demostrado que no sólo no se avanza como se debiera en la reconstrución del país, si no que las condiciones de los ciudadanos del mismo siguen siendo deplorables. La ineficacia de los países desarrollados, el filibusterismo de los países ricos demuestran una vez la poca importancia que los dirigentes de los mismos dan a la vida humana, especialmente si ésta no es la de sus compatriotas. Sin embargo, cuando se trata de los mercados no hay problemas para arrimar el hombro y apoquinar miles de millones de euros, para salvar no se sabe bien qué.
De este desastre se salvan organizaciones no gubernamentales, que siguen sobre el terreno sin otro afán que el de ayudar a la gente necesitada. Curiosamente, como no les interesa salir en la foto no sabemos casi nada de su labor, aunque ésta sea muy efectiva y palíe la dejadez vergonzosa de los líderes mundiales. 
Voy a dejar un enlace, el de Cruz Roja, donde se pueden realizar donativos y si no se tiene ganas de ello, lo cual no es criticable en absoluto, al menos saber cuales son los ámbitos de actuación de esta organización en nuestro planeta, conociendo algunos de los problemas que acucian a otros seres humanos como nosotros, pero bastante menos afortunados.
Un saludo.

2 comentarios:

isabel lagar dijo...

Aunque sé que el tema que has tratado es muy serio, te propongo que te metas en el siguiente link y opines. Da asco pero no creo que está mal que lo mires.
http://www.youtube.com/watch?v=bNh8dIpi_9M

PACO dijo...

Conocía las últimas andanzas del colega.
Desde hace tiempo he decidido que cuando hago referencia al fulano en cuestión utilizo todo tipo de adjetivos descalificativos, lo habrás comprobado en el Idiotario. Sinceramente, no creo que merezca nada más.
Tal vez sí dedique algo de mi tiempo, no sé cuando, a Ussía, espectador de lujo de lo allí acontecido. Tal vez escriba sobre él cuando esté cabreado con el mundo y necesite desahogarme.
Un saludo.