sábado, 13 de noviembre de 2010

EL PARALELISMO HISTÓRICO Y BIOGRÁFICO

Actualmente estoy leyendo "Anatomía de un instante" de Javier Cercas. Un libro interesante y cargado de datos que facilitan una mejor comprensión de lo acontecido en España durante los primeros años de la transición e, incluso, en los años previos. 
Tal vez, lo que más me ha llamado la atención de lo leído hasta el momento haya sido lo referido a la figura del General Gutiérrez Mellado. Aunque conocía, grosso modo, los datos más significativos de su biografía, la novela, ensayo o lo que sea del escritor extremeño, me está aportando una serie de información adicional interesante, aclaratoria y precisa sobre el personaje.
Este bloguero tenía desde hace tiempo la impresión de que el anciano que se enfrentó a los golpistas del 23-F era un tipo interesante y, por qué no decirlo, más importante de lo que su enjuta figura dejaba traslucir.
Sin embargo, no es mi intención loar las virtudes o menospreciar ciertos comportamientos del fallecido militar. Lo que pretendo es plasmar el paralelismo de la vida de Gutiérrez Mellado con el de la España oficial, la España que detentaba el poder desde el inicio del Guerra Civil, hasta el final de la Transición.
En 1936, nuestro protagonista se sumó inmediantamente al golpe contra la II República. Falangista de primera hora, lo que luego se denominó camisa vieja, fue un convencido de la necesidad de acabar con el sistema legal vigente. En otras palabras, participó en la caída del régimen republicano y contribuyó, en la medida de las posibilidades que tiene un oficial joven que forma parte de la famosa, e inexistente en cierta forma, Quinta Columna.
Durante el franquismo fue ascendiendo en la carrera militar, evolucionando, progresivamente, hacia posiciones ideológicas más laxas y, por tanto, menos reaccionarias. En el fondo, le ocurrió lo mismo que a otros camisas viejas, no a todos. En el fondo, esa evolución ideológica facilitaría la demolición, preconcebida o no, del franquismo. En el fondo, participaba de una idea que facilitaría lo que aconteció después.
Pero es durante los años de la Transición, durante  el período de la Transición real, la que se escribe  con mayúsculas, donde su nombre sale de los cuarteles, para protagonizar un golpe de timón político que a punto estuvo de hacer naufragar el barco, pero que, afortunadamente,  lo enfiló  hacia un destino seguro. Durante ese período, con claroscuros y sinsabores varios, se convirtió en actor principal, escoltando a su valedor, Adolfo Suarez, en un viaje sin retorno y lleno de incertidumbre.
Estos años, que vistos a través de la lupa de la Historia, fueron un éxito, acabaron con la labor política del viejo general, que se retiró mutilado moralmente.
Su muerte, en accidente de tráfico, parece, incluso, que estaba predestinada. A mediados de los noventa, cuando todo estaba bien anclado y la derecha accedió al poder democráticamente, perdió la vida de la forma descrita anteriormente.
El viejo general, en el fondo, participó, con mayor o menor repercusión, en función de las posibilidades que su carrera militar le brindaba, en los sucesos más importantes que acontecieron en nuestro país entre 1936 y 1981. Siempre al lado del ganador, aunque en el 36 y en la década de los 70,y principios de los 80, cuando participó en el gobierno de Suarez, arriesgó, saliendo ganador. Curiosamente, en el 36 atacó y contribuyó a destruir lo que cuatro décadas más tardes defendió a capa y espada. Paradojas de la vida.
Repito, que no es mi deseo juzgar la actuación del personaje, simplemente intento hacer ver que ,Gutiérrez Mellado, es el reflejo de una época y su evolución muestra como evolucionó la España en el poder, la España que ganó la Guerra Civil (sé que no todos evolucionaron como el militar que nos ocupa hoy, pero sí que una buena parte del aparato franquista era consciente de la necesidad de cambios en el sistema, siendo estos cambios diferentes en función del personaje con el que nos enfrentemos).
Un saludo.

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